Junto a la plaza de Miquel Martí i Pol, este viernes por la noche no se hablaba de otra cosa que de la pelea que acabó con la vida de Mamadou, un joven de 24 años, de Gambia, que la madrugada anterior, después de una pelea en la vía pública, recibió dos cuchilladas. Una fue mortal. Le perforó el pulmón y, aunque los sanitarios del Sistema d'Emergències Mèdiques (SEM) lo pudieron trasladar con vida, aunque en estado crítico, murió al cabo de pocas horas en el hospital. Los Mossos d'Esquadra todavía no han detenido al hombre que, supuestamente, le clavó las cuchilladas, aunque todos los vecinos tienen la fotografía y ha corrido como la pólvora por los grupos y canales de redes sociales las últimas horas entre los casi 25.000 habitantes que viven en Santa Perpètua.

Lo buscaban desde hacía días por haberles robado un patinete y dinero

Pasada la medianoche empezó una pelea entre un grupo de jóvenes, todos africanos, que pasan horas en esta plaza, entre edificios de altura media y humildes, donde muchos de los vecinos, venidos de todo el mundo, viven ocupando casas que no saben ni de quiénes son. Mamadou, que también vivía en el barrio, junto a la casa donde vive su padre, hacía días que unos jóvenes de la zona lo buscaban. Lo acusaban de haberles robado un patinete y 100 euros. "Le habían dicho que lo encontrarían", explica uno de los vecinos que conocía al joven muerto y que vio la pelea. Y este jueves por la noche lo encontraron. Un grupo de mínimo tres personas rodeó al joven de 24 años, le recriminó el supuesto robo e inició un enfrentamiento que acabó, después de varios puñetazos, con dos cuchilladas. Mamadou cayó al suelo, entre un charco de sangre, y aunque la ambulancia y la policía llegaron rápidamente, según explican los vecinos, las heridas eran irreversibles y murió en el hospital.

Los agentes de los Mossos d'Esquadra y de la policía de Santa Perpètua hicieron una batida por la zona. Tenían las fotos de dos de los supuestos implicados en la pelea, pero no los encontraron. Están identificados y es cuestión de horas o días que puedan ser localizados y detenidos para que respondan por este crimen. Según las primeras informaciones, parece que el robo de este patinete y de los 100 euros está detrás del enfrentamiento. La investigación, ahora bajo secreto, tendrá que aclararlo y averiguar si había alguna cosa más detrás.

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El lugar donde apuñalaron a Mamadou en la plaza / GRS.

El joven muerto era muy conocido en el barrio. Querido por sus compatriotas y también por personas que hace más años que viven en este barrio. Dos hermanos explican a ElCaso.com que era un buen chico, que algunas veces les ayudaba a ir a comprar, cargar cosas o hacer lo que hiciera falta por cuatro euros. Un barrio humilde donde el compañerismo, sin entender de nacionalidades o de pasados, teje relaciones sociales a pie de calle. "Vivía ocupando una casa, pero aquí la mayoría vivimos igual", reconocen los dos hermanos. Preparan un pequeño altar en el sitio donde todavía se ven restos de sangre, con un ramo de flores de plástico y unas velas. "Dios le tendría que haber dado una segunda oportunidad, era demasiado joven", sentencian los mismos hermanos.

El cambio de paisaje que ha vivido Catalunya los últimos años, fruto de oleadas inmigratorias, muchas veces de manera irregular, genera zonas como esta en torno a la plaza dedicada al poeta de Roda de Ter, multicultural, con unas reglas que no encajan con las normas y el Código Penal, y que disputas como estas, por el robo de un patinete, quizás una bagatela para la mayoría de las personas, acaban con una pelea que pone punto final a la vida de un hombre, de un joven, de 24 años, que lo tendría que haber tenido todo por delante. Los Mossos investigarán los hechos, seguro que detendrán al autor de los hechos, y después de ingresar en la cárcel, tendrá que responder ante un jurado popular en la Audiencia de Barcelona, pero nadie devolverá a Mamadou al barrio ni a sus familiares.