Los robos no cesan en la Horta de Lleida a pesar de los constantes dispositivos de Mossos y Guàrdia Urbana en la zona, desplegados por las diferentes partidas de esta zona rural de la capital del Segrià desde diciembre del año pasado. En esta ocasión, las víctimas han sido unos vecinos de Els Canals, a quienes los ladrones han dejado sin su piscina en plena ola de calor. Además, no es la primera vez que pasan por una situación así: en el verano del 2023 también les robaron una piscina y esta la habían comprado hace poco para sustituirla.
Los hechos se remontan al pasado sábado, 2 de agosto, cuando los delincuentes entraron en el jardín de la torre, vaciaron los casi 9.000 litros de agua que tenía la piscina, la desmontaron y se la llevaron, según ha adelantado el diario Segre. Los propietarios se dieron cuenta de lo que había pasado al día siguiente e interpusieron una denuncia ante los Mossos d'Esquadra, que ya han puesto en marcha una investigación con el fin de encontrar a los ladrones y devolver la piscina a las víctimas. Según parece, aquella noche se produjo otro robo en una casa vecina donde entraron después de cortar la verja de una ventana; se sospecha que los dos robos habrían sido cometidos por las mismas personas.
Vigilancia continuada, pero los robos no parecen detenerse
Hace casi un año que se intensificaron las patrullas de vigilancia por la zona de la Horta de Lleida, después de una serie de robos que se sucedieron en muy poco tiempo en diferentes casas y torres. A principios de diciembre, hubo dos robos bastante violentos en la partida de Montcada, la misma noche, que acabaron con dos viviendas incendiadas. Las investigaciones determinaron que los fuegos fueron intencionados y los agentes trabajaron sin descanso para poder localizar al autor o autores de estos graves hechos.
A mediados de julio de este año, por fin lo pudieron pillar: un hombre de etnia gitana que quedó investigado también por otros robos. El detenido ingresó en prisión, pero solo pasó cuatro días allí, después de los que un juez decretó su puesta en libertad, una decisión no exenta de polémica e indignación entre los vecinos de la Horta de Lleida, así como entre los agentes de los cuerpos policiales que lo arrestaron.