A la hora de hacer compras en línea, cada vez es más habitual hacer el pago a plazos, financiando esta compra a través de un tercero, que funciona como prestamista, para aliviar gastos más grandes. Esta creciente tendencia fue aprovechada por un grupo criminal, que vio una oportunidad de oro para cometer estafas sin ser descubiertos. Así, consiguieron un botín de 130.000 euros revendiendo teléfonos de alta gama que obtenían financiando su compra con datos robados previamente, ocasionando un perjuicio económico a las entidades financieras de más de 160.000 euros.
Los Mossos d'Esquadra, en una acción conjunta con la Guardia Civil de Tarragona, detuvo a 11 personas, e investiga a 4 más, el pasado 2 de octubre, todas pertenecientes a este grupo especializado en estafas telemáticas. Hay más de 90 víctimas localizadas - no descartan encontrar más -, y se ha requisado una gran cantidad de material informático que a estas alturas está siendo analizado por los especialistas de ambos cuerpos policiales.
Robaban datos personales para comprar teléfonos móviles
La organización estaba integrada por varios miembros que llevaban a cabo tareas muy específicas orientadas a la adquisición de DNI, falsificación de documentos, hurtos y receptores de los objetos sustraídos, así como otras funciones necesarias para ejercer su actividad delictiva.
El primer paso en este entramado criminal era robar diferentes DNI para poder hacerse con los datos personales de terceras personas. Uno de los delincuentes tenía habilitado un certificado digital gracias al cual podía acceder a los perfiles de la Seguridad Social de esta gente, para asegurarse de que disponían de los requisitos necesarios para poder financiar una compra a su nombre. En caso de, por ejemplo, no tener trabajo, otra rama del grupo falsificaba los documentos necesarios, desde los contratos laborales hasta las nóminas, y los daban de alta en la Seguridad Social.
De esta manera, compraban los teléfonos móviles, financiando esta transacción, y dejaban de pagar inmediatamente después de recibir el producto. Como, sobre el papel, la compra la había hecho la persona titular del DNI, no había nada que los señalara como deudores y podían esfumarse con los teléfonos que más adelante revendían, obteniendo un gran beneficio económico.
Buscan a más víctimas
Aunque la investigación policial permitió desarticular la organización, los investigadores no han cerrado el caso, y confían en que el análisis de los terminales informáticos requisados puedan determinar la existencia de más víctimas de estos sofisticados estafadores. Los 11 detenidos pasaron a disposición judicial ante el juzgado de instrucción número 3 de Reus, que envió a la prisión a seis de los acusados.