Agentes de los Mossos d'Esquadra de la Unitat de Patrimoni Històric de la DIC han conseguido recuperar una cruz gótica procesionaria del siglo XVI que fue robada de la parroquia de Santa Maria de Sant Martí Sarroca en el año 1981. Los autores de los hechos asaltaron el templo religioso, destruyendo las vallas de las puertas de la entrada de poniente y la cerradura para acceder al interior. Los ladrones arrancaron la imagen del Sant Crist de marfil que presidía el altar mayor y forzaron la puerta de la sacristía para llevarse dos cruces procesionarias de plata, una románica del siglo XIV y una gótica del siglo XVI, dos cálices de plata y dos relicarios.

Una de las cruces, recuperada después de 42 años

Más de 40 años después del robo en la iglesia de Sant Martí Sarroca, uno de los objetos robados, la cruz gótica del siglo XVI, ha podido ser recuperada por los Mossos d'Esquadra. Su localización se ha producido gracias al aviso del Obispado de Sant Feliu de Llobregat, que tuvo conocimiento que la pieza, después de cuatro décadas desaparecida, estaba a punto de ser vendida en una subasta que se tenía que celebrar el pasado 17 de noviembre.

Desde la policía catalana se pusieron en contacto con los organizadores del acontecimiento, una empresa dedicada a la compra y venta de antigüedades, pero su responsable no pudo acreditar la propiedad de la cruz gótica ni ningún documento de compra. Por este motivo, los Mossos la recuperaron y, después de hacer trabajos para autentificarla, la devolvieron y depositar en el Obispado de l'Hospitalet de Llobregat.

Recuperan decenas de documentos y manuscritos históricos vendidos por internet

Por otra parte, la Unitat de Patrimoni Històric de la DIC de los Mossos, gracias al ciberpatrullaje que hacen los investigadores en portales web especializados en la compra y venta de antigüedades, también han podido recuperar varios documentos públicos y manuscritos históricos que se vendían a través de internet. Su recuperación se ha podido llevar a cabo después de que el 11 de noviembre de 2022, los investigadores descubrieran que un perfil vendía diferentes documentos antiguos de instituciones catalanas medievales, internos de Ayuntamientos, de administraciones de carácter señorial y jurisdiccional, así como eclesiásticos.

Algunos de ellos, con alto valor histórico, tenían apariencia de haber sido expoliados. De hecho, la misma persona que los vendía aseguraba en la descripción de los productos que podrían ser documentos originales procedentes de archivos públicos. A raíz de eso, el pasado 3 de febrero se hizo una inspección policial al vendedor para intentar averiguar si los documentos que estaba poniendo en venta eran auténticos. Los agentes, solo con verlos, sospecharon que podría tratarse de documentos de "dominio público" y que, por lo tanto, no podían estar en manos privadas. Además, comprobaron que no se encontraban en condiciones óptimas de conservación.

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Documentos históricos que se vendían a través de internet. / Mossos d'Esquadra

Según les explicó el vendedor, todo aquello era herencia de un familiar que coleccionaba antigüedades y no disponía de ningún papel que acreditara su compra o de dónde provenían. Ante esta situación, los Mossos se llevaron temporalmente 51 documentos, 23 de los cuales fueron devueltos al hombre. El resto, 28, fueron catalogados como documentos de dominio público y fueron entregados a los archivos de donde procedían o en bibliotecas acreditadas para que se integren en su fondo patrimonial y se asegure una buena conservación.

De entre todos estos documentos, el más valioso es una pieza teatral escrita en verso e inspirada en la leyenda de fray Garí de Montserrat. El documento manuscrito fue copiado a partir de una pieza original que se deslocalizó en el Monasterio durante la Guerra del Francés en 1811. Se trata de una pieza con un gran interés para la historia del teatro catalán, ya que se trata de un tipo de obra de la cual no han sobrevivido demasiados testigos de una temática relacionada con leyendas propias de Catalunya. La inscripción manuscrita del ejemplar, vincula la obra y el autor P. Valentín Céspedes, jesuita, con la Abadía de Montserrat, motivo por el cual se ha decidido que se mantenga conservado en su biblioteca.