El caso de Yéremi Vargas, una de las desapariciones más mediáticas de los últimos años, se ha reabierto esta semana, poniendo en el punto de mira de nuevo al principal sospechoso: Antonio Ojeda, alias El Rubio.
Se reabre el caso de la desaparición de Yéremi
El pasado 2 de septiembre, el juez decretaba la reapertura del caso de Yéremi, el niño que desapareció hace ya 14 años en la localidad grancanaria de Vecindario. Jugaba con sus primos en un descampado cercano a casa de su abuela cuando, sobre la una y media, se esfumó.
Los niños que presenciaron su desaparición contaron que Yéremi se había metido en un coche de color blanco que después huyó del lugar de los hechos, por lo que podría haber sido secuestrado.
Todos los ojos se posaron entonces en Antonio Ojeda, El Rubio, al que al final no pudieron inculpar por falta de pruebas, derivando en el archivo del caso en 2017.
Nuevas pruebas contra Antonio Ojeda
Años después de la desaparición del niño, en 2015, el acusado fue condenado a cinco años de prisión por una agresión sexual a otro menor de 9 años, lo que incrementó las sospechas, aunque no se pudo demostrar su implicación en el caso. Finalmente, en marzo de 2020 quedó en libertad y ahora vuelve a estar en el ojo del huracán tras la reapertura de las diligencias.
El principal argumento que vincula a Ojeda a la desaparición y posible muerte de Yéremi, son las declaraciones de su compañero de celda durante los años de cárcel. El preso ha declarado como testigo contra El Rubio, asegurando que en una situación de confianza, le confesó que la situación se le fue de las manos, "el niño estaba azul" y que "tuvo que desaparecerlo".
"El niño estaba azul"
Esto se relaciona con una dolencia que tenía la víctima, cianosis, una enfermedad respiratoria que impide una buena oxigenación de la piel y puede teñir la piel de azul. Este dato solo lo sabía la familia, lo que hizo saltar las alarmas.
Pero él lo niega todo. Ya lo hizo ante juez cuando fue citado y lo hace ahora, en declaraciones al Diario Sur. Ojeda, que hace un año que vive con pensiones de los Servicios Sociales y que no tiene residencia fija, sigue insistiendo en su inocencia y se declara un "cabeza de turco". Según él, no tiene "nada que ver con eso, nada que ver", haciendo referencia a la desaparición de Yéremi en marzo de 2007.
"Yo no he hecho nada"
En la misma entrevista aseguró que si el juez, dentro de las nuevas diligencias tras la reapertura del caso, lo citase, iría sin duda: "Voy a declarar". Niega ante todo tener "algo que esconder, nunca tengo nada que esconder. A mí me cogieron de cabeza de turco y ahí abajo en el pueblo hay mucha gente que no ha hablado, pero que sabe la verdad y que yo no he hecho nada de esto".
Y ante la pregunta de qué le diría a la familia de Yéremi Vargas, El Rubio insiste: "Que yo no he hecho nada. Yo no estoy a mal con nadie, me han puesto a mí en contra de todos y no tengo nada que ver".
Incluso se refiere directamente a la madre del niño, Ithaisa Suárez: "Esa pobre mujer me ha dado mucha pena e incluso una vez quisieron archivar el caso hace ya muchos años y buscaban firmas para evitarlo y yo firmé. Allí está la firma para que lo comprueben. Yo no tengo nada que ver".
Acusaciones de agresión sexual a menores al padre de Yéremi
Antonio Ojeda detalla al mismo medio su situación actual: "estoy enfermo, cobro una pensión pequeña y de eso vivo. Estoy en una pensión que tengo que pagar y como en los comedores sociales, ¿cómo voy a hacer? No tengo otra cosa. Mi familia siguió su camino porque con este asunto los pusieron en mi contra. Y todo ello sin hacer nada, pero los ojos de Dios no duermen".
Ahora será la investigación la que esclarecerá su implicación, mientras la alegría por la reapertura del caso se empaña con las dos denuncias al padre de Yéremi, J. F. Vargas, que le acusan de agresiones sexuales a su hija de 13 años y a otra menor.