El juzgado de Primera Instancia número 2 de San Bartolomé de Tirajana decreta la reapertura del caso de Yéremi Vargas, desaparecido hace ya catorce años en la ciudad de Vecindario, en Gran Canaria. La familia ha aportado nuevas pruebas para poder seguir buscando al niño, cuyo caso quedó archivado por falta de pruebas.
Se reabre el caso de Yéremi Vargas
Un auto publicado el pasado 2 de septiembre y conocido hoy decretó la reapertura del caso de Yéremi Vargas, el niño de siete años desaparecido en marzo de 2007 en Gran Canaria.
El juez, por tanto, autoriza que se vuelva a investigar e insta ahora al fiscal a que alegue lo que considera antes de decidir si admite las nuevas pruebas solicitadas por la familia del niño.
Ithaisa Suárez, madre de Yéremi, es representada por el abogado Marcos García-Montes, a través del que ejerce la acusación. Ha sido el letrado el que ha solicitado una batería de pruebas después de trabajar con un equipo de criminólogos durante dos años.
Nuevas pruebas contra Antonio Ojeda, "El Rubio"
Los nuevos detalles apuntan de nuevo al que fue principal sospechoso, Antonio Ojeda, conocido como "El Rubio", tal y como se recoge en la solicitud, que denuncia que no se tuvieron en cuenta en los últimos 14 años de investigación.
Por otra parte, el abogado García-Montes pide que se aparte del caso al juez instructor Juan Manuel Hermo Costoya, que estuvo al cargo del proceso judicial en su última fase y que ordenó el archivo del caso por, a su juicio, falta de indicios sólidos contra "El Rubio". La acusación considera que hubo una pérdida de imparcialidad objetiva en el magistrado.
Confesó a un compañero de la cárcel que "el niño estaba azul"
Entre las nuevas pruebas que presenta el despacho de abogados liderado por García-Montes se encuentran las confesiones de Ojeda a su compañero de módulo penitenciario, a quien en situación de confianza confesó el crimen cometido.
"El Rubio" estaba en la cárcel por el abuso sexual a otro niño de nueve años y comentó a este otro preso que "el niño estaba azul" y que "tuvo que desaparecerlo", informa el medio ABC.
Este detalle podría ser concluyente, teniendo en cuenta que Yéremi padecía cianosis, una enfermedad que precisamente deja la piel de color azulado debido a una insuficiencia de oxígeno en sangre. Esta dolencia podría haberle causado la muerte y era una información que solo podía conocer su entorno cercano.
Catorce años de investigación sin resultados
En el documento judicial se describe que Ojeda "solo pudo saber de la enfermedad si participó de la desaparición", ya que ese dato no fue publicado ni comentado nunca en los medios de comunicación.
Otro de los indicios que no fueron tenidos en cuenta en la primera investigación se trata del testimonio de uno de los niños que estaba en la zona, de 11 años de edad en el momento de los hechos.
Este menor aseguró que Yéremi había subido a un coche blanco, pero el juez invalidó su declaración por supuestas contradicciones.
El coche de Ojeda fue identificado por un niño
El niño identificó el vehículo como un coche tipo Opel Corsa blanco y detalló que en la parte posterior había una pegatina de palmeras. El coche de "El Rubio", un Renault 5 Oasis es también de color blanco y con un formato similar, con una pegatina de palmeras en la zona trasera.
Este pequeño testigo identificó sin dudas la pegatina, que se considera relevante, además de dar detalles sobre cómo vestía el conductor del coche, un hombre con gorra.
Las contradicciones que acusó el juez hace años han sido ahora desmontadas por García-Montes, que asegura que el niño "no tiene conocimientos necesarios para diferenciar perfectamente modelos de coches, ya que dijo que se trataba de un Opel Corsa blanco", pero que debe tener en cuenta porque "no declara que se trate exclusivamente de este, como modelo único y exacto sino refiriéndose a un coche similar a ese" como el Renault 5 Oasis de "El Rubio".
Además, el niño hizo especial hincapié en la pegatina de las palmeras.
El padre de Yéremi, acusado de agresiones sexuales a menores
La alegría por la reapertura del caso se ve, sin embargo, empañada por los hechos sucedidos la pasada semana con el padre de Yéremi, J.F. Vargas, que fue detenido dos veces por acusaciones diferentes de agresión sexual a menores.
La primera provenía de su propia hija, que tuvo con una pareja posterior a Ithaisa, madre de Yéremi, y anterior a su mujer actual, con la que también tiene un bebé.
La niña, de 13 años, le acusó de haber intentado violarla cuando fue a visitarle una noche en el domicilio que Vargas comparte ahora con su nueva pareja.
La segunda víctima fue otra menor, que denunció en Fuerteventura otra situación de abuso sexual perpetrado por el hombre, que de momento se encuentra en libertad con cargos, aunque con una orden de alejamiento sobre su hija.
En varias entrevistas se declaraba inocente y acusaba de complot a la madre de su hija.