Declaraciones graves. La titular del juzgado de instrucción 15 de Barcelona, la magistrada Concepción Cantón, ha ofrecido a una amiga de la chica que acusa al futbolista brasileño Dani Alves de violarla que también lo denuncie puesto que lo que le hizo puede ser calificado como una agresión sexual. En su declaración, este viernes como testigo, la amiga ha detallado que cuando estaban en el reservado de la discoteca Sutton de Barcelona, Alves abordaba y magreaba a las tres chicas, y que en su caso le tocó los pechos y otras partes íntimas por encima de la ropa. La chica ha descartado denunciarlo al asegurar que lo que le hizo a su amiga es más grave, según fuentes judiciales. También ha transcendido que inicialmente la víctima no quería denunciar el exfutbolista del Barça de haverla violado porque aseguraba que nadie la creeria. Al final, sí que denunció al jugador ante la policia catalana.
En el juzgado, han declarado como testigos la prima y la amiga de la víctima, y también dos camareros, el director de sala y el portero de Sutton, que eran la noche del 30 de diciembre y vieron y atendieron a la chica, de 23 años, que denunció Alves de haberla agredido sexualmente. La prima y la amiga que acompañaban la chica, de 23 años, han avalado su versión, y que el exjugador del Barça les hizo tocamientos y que se sentían incómodas, como ya explicaron en Mossos, según fuentes judiciales. Por el contrario, desde la defensa de Alves han afirmado que "persisten las inconsistencias".
Advertencia a los abogados
La magistrada, que ha vuelto al juzgado de una baja de meses por enfermedad, ha amenazado a los abogados de la acusación, ejercida por Ester Garcia, y de la defensa, Cristóbal Martell, que si facilitan información de las declaraciones o de la instrucción del caso serán sancionados económicamente. La investigación no está declarada secreta, pero las diligencias son reservadas, como es habitual en las instrucciones penales. Agentes de la Unidad Central de Agresiones Sexuales (UCAS) han acompañado a las dos testigos en el juzgado y han prohibido a los periodistas moverse libremente por la ciudad de la Justicia hasta finalizar las declaraciones.
El lavabo escondido
Las acompañantes de la víctima han explicado a la magistrada que tomaban una copa en la discoteca cuando un camarero las avisó que Alves y un amigo las invitaban a cava en un reservado del Sutton. Fueron y no bevieron cava porque ya tenían una bebida. Han asegurado que Alves las tocaba. Una de ellas fue al lavabo de la discoteca, mientras la víctima fue al pequeño espacio donde había ido Alves, que no está identificado como un lavabo, y se pensaba que era un espacio para fumar o que daba en otra sala. Al salir, pidió marchar con prisa a las amigas y en la zona de guardorropia se desmontó. Lllorando les dijo que Alves lo había violado, y los responsables de la discoteca iniciaron el protocolo sobre agresiones sexuales y avisó los Mossos.
La vista por la libertad provisional
Paralelamente, la abogada de la denunciante y la Fiscalía tienen que presentar ahora la respuesta al recurso presentado por el abogado del exfutbolista del Barça para pedir su libertad provisional. En el recurso, el penalista Cristóbal Martell asegura que no hay riesgo de fuga ya que Alves tiene doble nacionalidad y arraigo en Barcelona, y que su situación económica ha perdido "músculo" desde que fue despedido del club Pumas de México y también ha perdido el patrocinio de varias empresas.
Una vez recopilados todos los escritos, la magistrada tiene que enviarlos a la sección 3.ª de la Audiencia de Barcelona, donde se celebrará una vista -pedida por Alves- en qué se expondrán los argumentos para que quede en libertad provisional o que continúe en la prisión de Brians 2, donde entró el pasado 20 de enero.
Los dos minutos del vídeo
Además de intentar desmontar el riesgo de fuga y su gran capacidad económica, la defensa de Alves ha interpretado los vídeos de antes de la supuesta agresión sexual, en la que sostiene que "el clima de terror" descrito por la chica "se desmonta con las imágenes". En concreto, expone que la chica está en la barra con las amigas y pasan dos minutos hasta que no va al pequeño lavabo que tenía el reservado de la discoteca, y donde ya había entrado Alves antes. Del interior del lavabo no hay más pruebas que los restos biológicos de el, y el testigo persistente de la víctima de que Alves la violó.