La defensa del futbolista Dani Alves, ejercida por el penalista Cristóbal Martell, ha centrado el recurso presentado en la Audiencia de Barcelona para conseguir su libertad provisional en abrir "una duda razonable" al confrontar la declaración de la chica que lo acusa de haberla violado en la discoteca Sutton de Barcelona con las imágenes registradas por las cámaras de seguridad del local. "El encuentro sexual en el diminuto baño que la denunciante describe y expresa como vivido con clima de terror, pavor o microcosmos de dominación, es un escenario que las imágenes desmontan del modo más radical", afirma el recurso al que ha tenido acceso ElCaso.com.
En el recurso, el penalista Martell pide a la sección 3.ª de la Audiencia de Barcelona que haga una vista para poder plantear todos los argumentos, que, según su opinión, desmontan el riesgo de fuga y la gran capacidad económica del exjugador del Barça, de la cual asegura que al perder contratos de patrocinio y con el club de fútbol Pumas de México "ha perdido músculo económico". Por eso, solicita al tribunal que decrete su libertad provisional con la retirada del pasaporte, que se presente en el juzgado "si hace falta cada día", que se le imponga una fianza, que deja que cuantifique el tribunal, o que se le imponga una pulsera telemática, además de orden de alejamiento de la víctima. La denunciante ha renunciando a cobrar una indemnización, tal como fija la ley.
Crítica a los Mossos
En el recurso de apelación, de 24 páginas, el penalista de Barcelona hace una crítica abierta a la unidad de los Mossos especializada en agresiones sexuales, la UCAS, por el atestado que realiza, y a la titular del juzgado de instrucción 15 de Barcelona, que lo asume y decreta la prisión provisional y sin fianza de Alves, el 20 de enero pasado. Apelando al derecho de defensa, Martell afirma que hay determinados elementos probatorios que "no son tan evidentes, contundentes y devastadores como tendenciosamente apunta el atestado y acoge la resolución de una forma casi acrítica o poco cuidadosa".
La interpretación de las imágenes
Añade que solo hace falta "la desapasionada visión de las imágenes captadas para poner en severa cuarentena o duda valorativa algunas de las afirmaciones fácticas elevadas casi a hecho probado", y para la defensa de Alves son "inexactas" y "debilitan la prueba de cargo". Y asegura que cuando la denunciante explica la escena detalla que "estaban muy apartados" y que "se colapsó y tuvo mucho miedo" y se preguntaba si le ponían alguna cosa en la bebida o se las llevaban. Sin embargo, según la defensa, en las imágenes se ve como entran la chica, su prima y una amiga al reservado y "durante 20 minutos largos se observa un grupo de cinco personas departiendo de una forma lúdica y rodeados de mucha gente en un espacio abierto", el cual —sostiene— "dista mucho de ser un escenario de intimidación ambiental".
Además, precisa que Alves se dirige a la izquierda y entra en la puerta del lavabo. Alves no aparece en las imágenes. Pasan dos minutos y entonces la denunciante, después de hablar con las amigas, se dirige a la puerta donde está Alves. "Entra sin que Alves le abra la puerta. Las imágenes hablan por si solas. Así fue", se afirma en el recurso. En el escrito, se manifiesta que "no se desconoce que el consentimiento sexual se tiene que expresar y manifestar de manera libre, y que la voluntad habilita incluso a un arrepentimiento sobrevenido que tiene que llevar al cese del encuentro erótico". Sin embargo, insiste en que "hay que apreciar el elemento de duda" cuando se ven las imágenes, y que el tribunal tiene que valorar ahora.
En el recurso, también se recogen resoluciones de la sección 9.ª y de la 3.ª (que tiene que resolver el recurso de Alves) en las cuales se afirma que la gravedad de los hechos y la pena a imponer, que en el caso de Alves pueden ser 12 años por violación, no son suficientes legalmente para mantener a una persona en prisión provisional. Ahora, la Fiscalía y la abogada de la chica se tendrán que pronunciar.