Aunque cada día salen noticias de robos que llevan a pensar que todo el mundo puede convertirse en un buen ladrón, lo cierto es que no todo el mundo sirve para entrar a robar en los sitios. Este es el caso de un chico de 21 años que ha sido detenido por la Policía Nacional después de un intento frustrado de asalto a un centro religioso de Salamanca. Los hechos tuvieron lugar este pasado martes hacia las once y media de la mañana, en una iglesia del Paseo de San Antonio. Uno de los responsables de las instalaciones comprobó que una de las puertas de entrada había sido forzada y entró con precaución acompañado de otra mujer por si había alguien en el interior.

Una vez dentro, el hombre vio cómo estaba todo revuelto. Habían descolocado todos los muebles y había libros tirados por el suelo. Después vio cómo había una persona que, al verlos llegar, les intentó agredir físicamente. El ladrón empezó un forcejeo con ellos y acabó huyendo. Durante esta disputa, sin embargo, su teléfono móvil le cayó al suelo y lo perdió, lo que habría podido identificarlo perfectamente como la persona que había entrado a robar a la iglesia. Por este motivo, decidió correr el riesgo y volver al centro religioso para poder recuperarlo.

Vuelve al lugar del robo porque ha perdido el móvil

El joven entró nuevamente a la iglesia y pidió que le devolvieran su teléfono móvil, que lo había perdido allí. El responsable del centro y la mujer que lo acompañaba, sin embargo, no se lo devolvieron y además lo retuvieron hasta la llegada de los efectivos policiales. Una vez allí, los agentes de la Policía Nacional comprobaron que se había forzado la puerta de la sacristía y se había revuelto su interior. Además, el presunto autor del robo tenía a su lado una bolsa llena de objetos que habían sido sustraídos, pero que había tenido que dejar abandonados allí mismo al verse pillado y tener que huir. Con respecto al teléfono móvil que lo habría incriminado y por el cual volvió hasta la iglesia, no apareció por ningún lado.Contador