Este miércoles, 10 de septiembre, un hombre vecino de Andorra fue a un gimnasio de Andorra la Vella y cuando acabó su rutina deportiva se dirigió a los vestuarios para ducharse y continuar con su día. Su sorpresa, sin embargo, fue cuando vio a un individuo con un móvil en la mano, enfocándolo y con actitud sospechosa. El cliente del gimnasio le pidió que le mostrara qué estaba haciendo y descubrió que le había grabado mientras estaba en la ducha, desnudo, y sin su consentimiento.

La víctima pidió ayuda al personal del centro deportivo, que alertó a la Policía de Andorra y actuó de manera inmediata para retener al supuesto agresor mientras llegase la policía. Cuando los agentes se desplazaron, revisaron el teléfono del individuo y constataron que las grabaciones se habían hecho mientras la víctima estaba en la ducha, un espacio de máxima intimidad, ya que el hombre estaba completamente desnudo.

Las autoridades ordenaron la eliminación del material registrado de manera ilegal y detuvieron al hombre, de nacionalidad andorrana y de 32 años, como supuesto autor de un delito contra la libertad sexual.

Delito grave contra la intimidad

La grabación no consentida de imágenes de una persona desnuda o en situaciones íntimas, como ahora manteniendo relaciones sexuales, constituye un atentado contra la libertad sexual y la privacidad, y se considera un delito grave en diferentes jurisdicciones. Este tipo de delitos vulneran profundamente el derecho a la intimidad y pueden llegar a causar daños morales a la víctima. En Catalunya, por ejemplo, el Código Penal estipula que grabar personas en un momento de vulnerabilidad o intimidad puede comportar penas de prisión de entre uno a cuatro años.