Ángeles es una mujer de 81 años, vecina de Barcelona y, como muchas personas de edad avanzada, siempre realiza los pagos en efectivo. Lo hace por costumbre y por confianza: tener dinero en mano permite controlar mejor los gastos y evitar confusiones. Además, las tarjetas y las aplicaciones bancarias no están hechas para las personas mayores y, en muchas ocasiones, pueden parecer demasiado complicadas. Hasta hace poco la mujer iba a un cajero que tenía cerca de casa y sacaba pequeñas cantidades, pero ahora su cajero de siempre ha cerrado, y Ángeles se ve obligada a desplazarse un poco más lejos de casa para tener efectivo. Debido a su movilidad reducida, Ángeles saca siempre una cantidad un poco más elevada para evitar tantos desplazamientos.
Este domingo, 2 de noviembre, sobre las dos y media del mediodía, Ángeles fue a la sucursal de CaixaBank situada en el número 34 de la calle Berlín, en Barcelona, donde sacó 800 euros y se los guardó dentro de su bolso de mano. Después, Ángeles, que es una señora muy querida en el barrio de les Corts, donde hace su vida, fue al bar donde va cada día a comer, donde los propietarios le preparan el menú del día y la cuidan.
Una pareja persigue a Ángeles
Según ha podido saber ElCaso.com, cuando Ángeles llegó al bar, situado en el número 43 de la calle Marquès de Sentmenat, vio que una pareja la siguió durante todo el camino y que, además, también entró en el interior del bar y se sentó en la mesa de detrás de ella. Ángeles, sin embargo, no le dio ninguna importancia y comió tranquilamente. Cuando terminó, Ángeles quiso pagar, pero vio que su bolso de mano había desaparecido y la pareja sospechosa se había marchado.
Ángeles, en ese momento, anuló las tarjetas de crédito y fue, con el propietario del bar, a la comisaría de los Mossos d'Esquadra de Les Corts para denunciar el robo. Según la denuncia, a la que ha tenido acceso ElCaso.com, dentro del bolso de mano de la víctima se encontraban el teléfono móvil, un monedero con 900 euros en efectivo, tarjetas bancarias y las llaves de casa.
Ángeles, con la ayuda de su hijo, Sergi, se vio obligada a cambiar la cerradura de la puerta de su domicilio, por el miedo que tenía a que el ladrón entrara también en su casa y se llevara sus pertenencias.
Investigación abierta
El propietario del bar, que acompañó a Ángeles a la comisaría de los Mossos d'Esquadra para denunciar los hechos, entregó las grabaciones de las cámaras de seguridad del local.
Ahora la policía catalana tiene una investigación abierta y busca a la pareja que habría perseguido a Ángeles desde el cajero hasta el bar, se habría sentado en la mesa del fondo donde comió la víctima y, supuestamente, en un descuido, habría cogido el bolso de Ángeles y se habría marchado.