Agentes de la Policía Local de Burgos han detenido a un hombre de 71 años por un presunto delito de violencia de género en el ámbito familiar, en concreto por agredir a su hija, embarazada, según informaron a Europa Press fuentes municipales.
Los hechos tuvieron lugar este jueves sobre las 15:10 horas en un piso de la calle Victoria Balfé, cuando se recibió un aviso en la sala 112-092 de la Policía Local alertando de la agresión de un padre hacia su hija.
Ya en el lugar de los hechos, los agentes fueron recibidos en el piso por la agredida, que se encontraba muy nerviosa y sollozante. La víctima informó a los agentes de la Policía Local de que su padre la había intentado agredir y que además se encontraba en estado de gestación, por lo que los agentes se centraron en intentar tranquilizarla.
El hermano de la víctima fue testigo de la agresión
En el domicilio conviven un varón, que resultó ser el hermano de la víctima, y el padre de ambos. El joven manifestó a los agentes que había visto a su padre perseguir a su hermana por la casa portado una guitarra en las manos con la que intentó golpearla.
En un momento dado, y para evitar que su hermana sufriera una agresión, sujetó a su padre, el cual destrozó la guitarra contra el suelo. Ambos hermanos reconocen que hechos similares se han repetido en diversas ocasiones del pasado, sin que lo hubieran denunciado.
Una vez terminadas las pesquisas para averiguar lo sucedido, agentes de la Policía Local informaron al agresor, de 71 años, de los motivos de su detención, así como los derechos que le asistían como autor de un presunto delito de violencia de género en el ámbito familiar.
Detienen en Burgos a un hombre que usaba su negocio como tapadera de narcotráfico
Agentes de la Policía Nacional han detenido al dueño de un negocio de estética que lo utilizaba como tapadera para traficar con drogas, ha informado hoy la Subdelegación del Gobierno. El hombre, de 53 años, es presunto autor de un delito contra la salud pública.
En su establecimiento, atendía a los clientes que demandaban los servicios derivados de su profesión, pero también aprovechaba la cobertura que le brindaba ese negocio legal para recibir a otros ‘clientes’ a los que presuntamente les dispensaba sustancias estupefacientes.
Esta actividad se desarrollaba a diario y las personas que entraban en el establecimiento para comprar droga permanecían en el interior apenas los minutos necesarios para realizar la transacción. Los agentes constataron que el hombre se dedicaba al tráfico de sustancias estupefacientes y le detuvieron en el momento en que llevaba a cabo una venta con otro hombre.
Tras su detención, le fueron intervenidas 21 bolsitas de una sustancia de color blanco, al parecer cocaína, con un peso de 16,5 gramos; cuatro blíster de pastillas de distintos laboratorios; y 200 euros en efectivo, fraccionados en cuatro billetes de 50.