Un Fast & Furious en fase inicial en Lleida. Un hombre de 40 años protagonizó una persecución en la capital provincial que, por suerte, no ha dejado víctimas este sábado de madrugada, hacia las dos. El incidente se inició al ver un control de alcoholemia rutinario programado por la Guardia Urbana en la Rambla de Aragón. El conductor pensó que lo mejor era evitarlo, quizás porque no tenía carné o porque circulaba con el coche de una persona con la que tiene una orden de alejamiento. En cualquier caso, el individuo aceleró bruscamente al darse cuenta de ello y casi atropella a uno de los agentes en la huida.

Cazado con un coche que no era suyo

El hombre escapó del control a gran velocidad y realizando una conducción temeraria que podría haber herido a alguien. Según han informado desde la Guardia Urbana de Lleida, se saltó semáforos en rojo, señales de stop y de otro tipo. Todo para evitar a los agentes que lo seguían de cerca, pero a los que no consiguió dejar atrás. Lo pillaron y pararon, poco después, en la calle a Manuel de Montsuar de la ciudad. Allí le pidieron la documentación personal y del vehículo, además de someterlo a las pruebas de alcohol y drogas.

El conductor se negó a hacer los tests. No obstante, el hombre fue detenido y denunciado por los guardias urbanos por conducción temeraria, conducir bajo el efecto de las drogas, por negativa a someterse a las pruebas, por daños, por nunca haber obtenido el permiso, por atentado en agentes de la autoridad y por ruptura de condena. Una larga lista de infracciones en pocas horas. Pero, quizás, las más impactantes fueron que no tenía carné y que el coche no era suyo.

El vehículo con el que circulaba y que aceleró a más no poder por toda Lleida no era suyo. El propietario es una persona con la que tiene una orden de no acercamiento y comunicación, tal como comprobaron los agentes una vez lo pararon. Pese a la espectacularidad propia de película del incidente, ninguna persona resultó herida. Tan solo dañó un vehículo policial en su huida.