Internet es la fuente más grande (y accesible) de información, conocimiento y entretenimiento. Nos permite saber qué ocurre en la otra punta del mundo, hablar e interactuar con personas con las que jamás podríamos, y acceder a todo tipo de información y contenido. Las redes sociales, que viven actualmente su punto más álgido en cuanto a número de usuarios y creación de contenido, nos permiten todo esto y más, como compartir también nuestro día a día. No obstante, la principal problemática tanto de internet como de las redes sociales es que cada vez hay más menores de edad expuestos en las plataformas digitales, lo cual supone un grave peligro para el crecimiento de estos jóvenes.

Los niños de hoy en día, debido a su temprana exposición a internet y a las redes sociales, tienden a crecer con expectativas inalcanzables, como ser 'influencer', son potenciales víctimas de ciberbullying u otros métodos de acoso, y desarrollan inseguridades difíciles de gestionar a tan cortas edades, por mencionar algunos de los peligros que supone participar en las redes sociales siendo menor de edad. 

1 de cada 3 menores de mayor quiere ser 'influencer'

El oficio de creador de contenido en redes sociales, o 'influencer', es uno de los más nuevos y que más deseo causa entre los jóvenes. Personas que viven una vida llena de diversión y lujo a cambio de publicarlo en redes sociales, algo que, por otro lado, también disfrutan. No es de extrañar, entonces, que 1 de cada 3 menores quiera trabajar como 'influencer', según publica el último estudio del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud; además, en el mismo estudio se recoge que 1 de cada 10 menores publica contenido con el objetivo de ser 'influencer', sin ser conscientes de todo lo que esto conlleva: ciberbullying, pérdida de la intimidad y la privacidad, inseguridades, etcétera. 

Tal y como recoge el portal Cyber Security News, exponer a los menores de edad en las redes sociales supone exponerlos también a una serie de riesgos para los que, a causa de su corta edad y falta de madurez, todavía no están preparados para enfrentarse. Además de los riesgos físicos, como el deterioro de la visión, de la capacidad de atención, o alteraciones en el sueño, entre otros, también existen riesgos psicológicos. Las personas que publican contenido en internet de forma periódica con el objetivo de ser 'influencer' están mucho más expuestas al ciberacoso o ciberbullying, lo cual tiene una gran afectación psicológica en sus víctimas, pues genera una serie de inseguridades difíciles de tratar y curar

Los otros peligros de la exposición en las redes sociales

Empezar a subir contenido en las redes sociales, a pesar de que la edad mínima para hacerlo es de 14 años, puede comportar varios peligros. Por ejemplo, el hecho de ceder nuestros datos supone una vulneración de nuestra privacidad, algo que a los 14 años no se tiene en cuenta porque no sabemos exactamente qué datos estamos cediendo ni qué uso se les va a dar. Otra problemática es la exposición de nuestra intimidad: el hecho de retransmitir desde nuestra casa, o con nuestra familia cerca, no solo vulnera nuestra intimidad, sino también la suya. Además, también es mucho más fácil publicar información sensible de forma errónea, como números de teléfono, la dirección del hogar o escuela...

Querer publicar en las redes de forma constante y periódica requiere esfuerzo y trabajo por pensar el contenido, crearlo, editarlo... cosas que comprometen el tiempo libre de la persona y su vida social, lo cual, a largo plazo, también puede tener afectaciones psicológicas, y es algo que, definitivamente, no deben sufrir los menores de edad, que todavía no están en edad de trabajar. 

La responsabilidad familiar es clave para minimizar los riesgos

En un momento en el que abrirse una cuenta o un perfil en cualquier plataforma social es tan sencillo y rápido, y sin que apenas se verifique la identidad o edad de la persona, es imprescindible fomentar la confianza de los menores y la responsabilidad familiar. De esta manera, evitaremos que los menores a nuestro cargo se expongan a riesgos o situaciones que podrían ser evitadas o, en caso de que surja algún problema, sea más rápido de tratar y frenar.