Los Mossos d'Esquadra han podido desmantelar dos plantaciones de marihuana ubicadas en un mismo edificio de la calle Vitòria de Lleida, en el barrio de la Mariola, después de que una pelea acabara destapando los cultivos. Fue el pasado martes, hacia primera hora de la madrugada, cuando la policía catalana recibió el aviso de un enfrentamiento entre dos personas en un piso de este bloque. Varios agentes se desplazaron al inmueble y pudieron aclarar que, en un piso con habitaciones alquiladas, una persona relacionada con el propietario habría agredido a uno de los inquilinos y habría entrado en su habitación en contra de su voluntad.
Decenas de plantas de marihuana en una habitación
Los efectivos de los Mossos notaron que la vivienda olía mucho a marihuana y, siguiendo su rastro, llegaron a una habitación cerrada con un candado. Sin embargo, la puerta no ajustaba bien y los agentes pudieron ver que había decenas de plantas en el interior, junto con focos de luz. Además, también se oía el ruido de ventiladores. Los policías pudieron determinar que la persona que se encargaba de cuidar el cultivo era la misma que había provocado el disturbio, un hombre de 41 años. Por este motivo, lo detuvieron por allanamiento de morada y delito contra la salud pública.
También se precintó la habitación y este miércoles, una vez recibida la autorización por parte del juez, se volvió al piso y se registró la habitación, interviniendo 65 plantas de marihuana, de un metro de altura aproximadamente, así como la infraestructura necesaria para su cultivo, una báscula y material diverso para su venta y distribución. Además, los agentes comprobaron que la vivienda también tenía instalación eléctrica conectada fraudulentamente.
Un segundo cultivo en el edificio con más de 2.000 plantas
Aunque el operativo se dio por finalizado, los Mossos se quedaron con las sospechas que podría no ser el único cultivo en el edificio y que podría haber algún otro en los pisos superiores. Horas más tarde, hacia el mediodía, descubrieron que tenían razón. Los traficantes, al ver que habían descubierto una de las plantaciones, la más pequeña, decidieron desmontar la otra que tenían y marcharse del edificio. No obstante, una patrulla los pilló cargando bolsas llenas de marihuana en una furgoneta estacionada delante del mismo bloque. Los agentes pudieron retener a uno de los hombres, pero otros dos hombres y una mujer corrieron a cerrarse en uno de los pisos.
Varios efectivos de los Mossos irrumpieron en la vivienda, donde encontraron todas las estancias habilitadas por el cultivo de marihuana. Las personas que se habían escondido, intentaron escapar por la fachada subiendo a un piso de la planta superior, aunque finalmente, al verse acorralados y sin ningún tipo de escapatoria, acabaron saliendo al rellano, donde los tres, de entre 31 y 34 años, fueron detenidos como presuntos autores de un delito contra la salud pública.
Este jueves se ha accedido al piso, donde se ha podido intervenir cerca de 2.000 plantas de marihuana, en diferentes estados de crecimiento y algunas de ellas en proceso de secamiento, además de toda una completa instalación de lámparas, transformadores, ventiladores, extractores y filtros. En la furgoneta, también han encontrado 21 bolsas con un centenar de plantas de unos sesenta centímetros de altura. En este caso, también se ha podido comprobar que tenían la luz pinchada. Tres de los cuatro detenidos en las dos operaciones, de quien los Mossos no ha querido facilitar nacionalidad, tenían antecedentes. A estas alturas, la investigación por parte de los Mossos continúa abierta y no se descartan más detenciones.