El municipio de Pratdip, en el Baix Camp (Tarragona), vivió este martes por la tarde momentos de máxima tensión que acabaron con seis personas detenidas y dos agentes de los Mossos d'Esquadra heridos leves. Todo se inició de madrugada, cuando se produjeron dos robos en viviendas de la localidad de Vandellòs i l'Hospitalet de l'Infant, en que los ladrones se llevaron dos piezas de vitrocerámica. Los Mossos abrieron una investigación sobre los hechos y, después de las primeras indagaciones, pudieron determinar las características físicas que tenían los delincuentes.

Ya por la tarde, alrededor de las cinco y media, una patrulla de la policía catalana que se encontraba en Pratdip se cruzó con un coche en que uno de sus ocupantes se parecía mucho a uno de los ladrones que estaban buscando por los robos de la noche anterior. Los agentes pararon el vehículo y le pidieron a las dos personas que iban que se identificaran. El copiloto, sin embargo, dijo que no llevaba la documentación encima, pero que tenía el móvil con una fotografía en su casa. Así pues, los policías aceptaron acompañarlo hasta el domicilio.

Al abrir la puerta, los agentes vieron que en el interior de la vivienda había unas placas de vitrocerámica como las que habían robado, lo que todavía levantó más las sospechas de los agentes. Por este motivo, le dijeron que las sacara a la calle y que los acompañara a comisaría. En este momento, el presunto ladrón arrancó a correr para huir de los policías, pero lo pudieron detener. Fue entonces cuando de las casas de los alrededores empezó a salir gente regañando, insultando y amenazando los Mossos.

Los familiares del hombre a quien iban a detener agredieron a los agentes de los Mossos

Todas estas personas eran familiares de la persona a la cual se estaba deteniendo, que empezaron a agredir a los policías y darles empujones. Los agentes pidieron refuerzos ante la violencia de la situación, llevaron al sospechoso hasta una valla e intentaron que sus familiares mantuvieran una distancia de seguridad. Sin embargo, según ha adelantado el Diari de Tarragona, les empezaron a tirar piedras desde lejos. Finalmente, cuando llegaron los refuerzos, el grupo se confinó en una casa.

Después de las presiones de los agentes para que salieran a la calle, acabaron aceptando. En total se detuvieron seis personas naturales de Sudamérica. Los detenidos tienen 25, 22, 20 y 19 años, además de dos menores de edad. Se les acusa de los delitos de atentado contra los agentes de la autoridad, daños y lesiones. En el caso de la persona a quien se iba a detener en un primer momento, también se lo considera al presunto autor de un robo con fuerza. A consecuencia del conflicto, también resultaron heridos leves dos agentes con contusiones y rasguños y un coche policial quedó dañado.