Los vecinos de Sant Jordi Desvalls y Cervià de Ter ya pueden respirar tranquilos. Después de cuatro días de fiesta ilegal y música a todo volumen, los organizadores de la 'rave' han empezado a desmontar los escenarios este lunes con la salida del sol y los participantes se han empezado a marchar hacia sus casas. Los Mossos d'Esquadra todavía mantienen los controles en los accesos y van haciendo tests de alcoholemia y drogas a los conductores de todos los vehículos que van saliendo. Según los Mossos, hacia primera hora de la mañana todavía había unas 50 personas en la fiesta. Los más reticentes a marcharse todavía ponen música en los coches para intentar alargar un poco más la fiesta.
Cuatro días de fiesta ilegal sin cesar por Semana Santa
Decenas de vehículos se reunieron el jueves por la noche en un terreno dentro de una zona boscosa de difícil acceso entre los municipios de Sant Jordi Desvalls y Cervià de Ter. Bien entrada la noche, pusieron la música a todo volumen y empezaron una fiesta que se ha alargado durante cuatro días. Al ser alertados por los vecinos, los Mossos d'Esquadra montaron un dispositivo para controlar los accesos a la fiesta e impedir el acceso de más vehículos. Sin embargo, no se pudo impedir el acceso a pie y se estima que en su momento álgido se han llegado a juntar unos 300 participantes. Al tener un ambiente pacífico y estar alejada de casas, la policía catalana ha optado, como acostumbra a hacer en estos casos, por no disolver la concentración y esperar que los mismos organizadores la dieran por finalizada.
Por su parte, el propietario de los terrenos, que han acabado plenos de desperdicios y suciedad después del desalojo, ha denunciado a los organizadores de la 'rave' por hacerla sin tener el permiso para ocupar el espacio. Los ayuntamientos de Sant Jordi Desvalls, Cervià de Ter y Bordils han anunciado que harán un frente común con el fin de presentar otra denuncia y trabajar para que no se repitan fiestas ilegales de este tipo. Los vecinos de la zona aseguran que estas 'raves' son bastante habituales y generan muchas molestias nocturnas por el alto volumen de la música.