El miércoles pasado, un chico menor de edad sembró el pánico en su instituto de Palma cuando se paseó entre los compañeros exhibiendo una pistola. Desde la escuela se avisó al teléfono de emergencias 092 en torno a la una y cuarto del mediodía y rápidamente se activó una patrulla de la Unidad de Seguridad Integral (USEI) de la Policía Local que se desplazó hasta el centro. Cuando llegaron, el adolescente ya había entregado voluntariamente el arma gracias a la intervención del vigilante de seguridad y comprobaron que era de aire comprimido. Cuando intentaron registrar su mochila, sin embargo, se negó y se lo impidió tanto a los agentes como a los profesores que intentaban mediar.

Escondía dos navajas mariposa

Durante casi una hora estuvieron hablando con el chico para que les dejara abrir la mochila para inspeccionarla. Le explicaron que podría incurrir en un delito, pero ni con eso dio su brazo a torcer. Lo que es más preocupante, sin embargo, es que la policía llamó a los padres para informarles de lo que había pasado y estos se desatendieron. Al ver que no obtendrían la colaboración del chico y tampoco de sus progenitores, le comunicaron que quedaba detenido.

Después del arresto procedieron a abrir la mochila. En el interior, el menor había escondido dos navajas mariposa, el mango de las cuales se puede dividir en dos partes. Cuando le preguntaron de dónde las había sacado, el chico se negó a contestar. Finalmente, los agentes de la Policía Local se llevaron al adolescente a la comisaría de la Policía Nacional, el cuerpo que asumió las diligencias, haciéndose cargo de la instrucción del atestado y abriendo una investigación para aclarar donde había conseguido el chico hacerse con estas armas y qué pretendía hacer con ellas en el instituto.