Este sábado por la mañana, el teléfono de emergencias 112 recibió una serie de llamadas de parte de varios conductores muy asustados que informaban sobre un coche circulando en contradirección por la autovía A-2, cerca del término municipal de Alcarràs, en el Segrià. No solo iba en sentido Lleida por el carril que va a Fraga, sino que, además, hacía eses muy pronunciadas, poniendo en grave riesgo la vida del resto de personas que estaban en la carretera. Rápidamente, se activó una patrulla del Àrea Regional de Trànsit dels Mossos d'Esquadra que se encargó de localizar y parar con seguridad el vehículo, un Ford Focus de color negro, que había acabado invadiendo la mediana cerca de la salida de Alcarràs por la L-800.

Los agentes interceptaron el coche y obligaron al conductor a pararlo antes de que provocara un accidente. Dentro del coche iban tres jóvenes, todos con síntomas de encontrarse borrachos, a pesar de ser solo las nueve de la mañana, y uno de ellos iba sentado sobre los asientos plegados en modo carga, sin el cinturón de seguridad y entre sacos de materiales diversos. Con este panorama, indicaron a los chicos que se bajaran del coche y los trasladaron a pie fuera de la carretera para practicarles las pruebas de alcoholemia.
El conductor triplicaba la tasa de alcohol
El test del conductor, un chico de 22 años, dio un resultado positivo de 0,86 miligramos por litro de aire expirado, es decir, triplicando la tasa mínima que se sitúa en 0,25 miligramos por litro. Durante la inspección del coche, vieron que no había pasado la ITV desde el año 2022 y tampoco tenía seguro. Por todo eso, el propietario quedó denunciado y el conductor fue detenido, acusado de dos delitos contra la seguridad vial. Por otra parte, el coche quedó inmovilizado en el sitio.