El aviso de un vecino de la zona, que detectó que una empresa de Santa Susanna, en el Maresme, hacía vertidos en una finca hizo encender las alertas de los agentes de la Unitat Regional del Medi Ambient (URMA) de los Mossos d'Esquadra de la región policial Metropolitana Nord. Los investigadores lo han confirmado y han podido ver que hacían estos vertidos ilegales para ahorrarse pagar los costes de ir a la depuradora —cómo marca la normativa.

Imagen de los vertidos en Santa Susanna
Imagen de los vertidos en Santa Susanna

Los vertidos de aguas residuales, con productos químicos, en unos terrenos particulares de la empresa, que están junto a campos de agricultura ecológica -entre otros, de las famosas fresas del Maresme-, han sido investigados las últimas semanas por la policía catalana, que también tiene competencias, como los Agents Rurals, en la investigación de posibles delitos medioambientales. En este caso, y según ha podido saber ElCaso.com, esta empresa, que se dedica a la limpieza de fosas sépticas y también a los desatascos en varios puntos del Maresme y con sede en Santa Susanna, para evitar pagar las tasas que requiere tirar estos productos en los puntos verdes autorizados que extraen con pequeños camiones de pisos y fosas, aprovechaba que tenía unos solares de su propiedad para verter los residuos. Una jugada que les ha salido bastante mal. Y no solo por el daño medioambiental que han generado.

Afectaciones en los cultivos

Ahora serán sancionados por la Agència Catalana de Residus, el organismo competente, y habrá que ver si también acaban imputados por un delito contra el medio ambiente, si se pudiera constatar un gran daño por culpa de los vertidos. Los Mossos han podido confirmar que la empresa hacía los vertidos, aunque, por ahora, no hay constancia que se hayan visto afectados los cultivos ecológicos que hay en los terrenos próximos de la finca de esta empresa, de la cual los Mossos no han querido facilitar el nombre. Haberlo descubierto ahora, después del aviso de un vecino que vio uno de estos vertidos, ha evitado que los residuos puedan acabar dañando los cultivos próximos o cuando menos, seguir haciéndolo. Las fresas y los guisantes del Maresme, salvaguardados, por lo menos, de esta amenaza.