Ningún vehículo está seguro en Lleida. Después de la noticia de los grupos de jóvenes que se dedican a tirar piedras y huevos contra los autobuses urbanos mientras están circulando, ahora los coches aparcados también se han convertido en objetivo de los delincuentes, con más de una cincuentena con las lunas rotas en solo tres días. Los Mossos d'Esquadra ya han abierto una investigación al respecto, después de recibir las denuncias sobre un total de 52 coches que aparecieron destrozados entre el viernes y el domingo. En este caso, las roturas no son simples gamberradas: del interior, los autores sustrajeron todos los objetos de valor que podían encontrar. La mayoría de estos robos con fuerza se registraron en la Zona Alta de la capital de Ponent. Se da la circunstancia de que el jueves pasado, un niño de 13 años reventó la luna de uno de los asientos traseros de un coche en marcha, un hecho vandálico más que se suma a los coches y autobuses destrozados en las últimas semanas.

Actos vandálicos contra los autobuses

Desde la Sección Sindical de UGT de Autobuses de Lleida denunciaron lanzamientos de huevos, piedras y cubos de agua contra los vehículos en marcha. De momento, no se ha podido detener a nadie relacionado con estas gamberradas, pero sospechan que los autores son grupos de jóvenes que no piensan en el potencial riesgo de accidente que pueden provocar y los consiguientes daños personales tanto a los pasajeros como a los conductores. La Guàrdia Urbana se ha hecho cargo de las diligencias y están investigando estos hechos, tanto para identificar a los sospechosos como para poner punto final a esta situación. Las zonas donde proliferan los vándalos de autobuses son el barrio de La Mariola, la zona de los Camps Elisis y los Mangraners.