Los Mossos d'Esquadra, junto con la Policía Local de Calafell, en el Baix Penedès, han desmantelado dos talleres clandestinos de reparación de vehículos que habían montado después de ocupar unas casas en el municipio. Los okupas habían aprovechado los garajes de las ocho casas donde se habían instalado para empezar su pequeño negocio, donde reparaban coches sin tener ninguna licencia ni tampoco ningún conocimiento —al menos que se sepa— que asegurara que sabían lo que hacían y que, después de pasar por el taller, los coches todavía cumplían con los requisitos de seguridad. El operativo se ha saldado con una decena de denuncias por cuestiones de tráfico y otras diligencias penales por ocupación y defraudación de agua y electricidad; pero no se ha realizado ninguna detención. Los cuerpos policiales no han revelado más datos sobre los implicados.

Imagen de uno de los coches / Mossos d'Esquadra

Los hechos tuvieron lugar ayer, 17 de diciembre, sobre las diez de la mañana. Técnicos especializados de la compañía de la luz y el agua pudieron comprobar que una octava parte de las casas de la avenida Santa Maria de Montserrat tenían la luz y el agua pinchadas. La investigación posterior permitió descubrir que, además de haber ocupado las casas, utilizaban la electricidad que defraudaban para dar energía a estos dos garajes que utilizaban para reparar vehículos sin tener ningún permiso legal, poniendo en peligro a los propietarios de los coches y a los otros usuarios de la vía.

Imagen del operativo con Mossos y Policía Local / Mossos d'Esquadra

Cierran los talleres y denuncian a los okupas

De esta manera, los Mossos y la Policía Local de Calafell acudieron a las casas ocupadas para revisar las instalaciones y sancionar a sus ocupantes, aunque no detuvieron a nadie. Los Mossos abrieron dos expedientes por cada uno de los hechos, y tramitaron cuatro diligencias penales por ocupación y defraudación de agua y electricidad. Además, por una cuestión de seguridad, se desmantelaron los talleres clandestinos con el objetivo de proteger a las personas de los problemas que pudieran causar aquellas reparaciones. En total, se retiraron hasta nueve vehículos, algunos de los cuales estaban desmontados. De las veinte personas que se identificaron, ocho tenían antecedentes previos.