Ocupación exprés en Mataró. No había pasado ni una hora desde que habían desahuciado un edificio de la calle Pablo Picasso, en el barrio de Rocafonda, cuando un delincuente ya había ocupado el inmueble de manera ilegal. Los hechos, tal como adelanta Capgròs, han tenido lugar este jueves por la mañana después de que, por orden judicial, se hubiera desahuciado media docena de viviendas de un bloque de pisos propiedad de la SAREB conocido por su estado de degradación y conflictividad. Pocos minutos después del desalojo, una vez las fuerzas policiales y judiciales ya se habían marchado, la Policía Local ha recibido el aviso que alguien pretendía volver a entrar en uno de los pisos.
Agentes del cuerpo municipal se han desplazado hasta el inmueble y han visto que en uno de los pisos había un hombre, a quien han echado rápidamente. Los agentes lo han identificado y, al introducir sus datos personales en las bases policiales, han descubierto que sobre él pesaba una orden de busca y captura pendiente por otro asunto judicial y ha quedado detenido por este motivo. Se da la circunstancia que el arrestado que había intentado ocupar el piso no era ninguna de las personas que menos de una hora antes habían desahuciado del edificio, un bloque abandonado desde hacía años y que se había convertido en un lugar lleno de ocupas y en punto de tráfico de drogas.
Las ocupaciones, uno de los grandes problemas en Mataró
El intento de ocupación de este jueves en el barrio de Rocafonda es solo el último capítulo de esta lacra que en los últimos tiempos asola la ciudad de Mataró. En el último mes, se han producido varios, cosa que ha provocado una situación de tensión en la capital del Maresme. En el mismo barrio de Rocafonda, concretamente en la calle Colòmbia, dos hombres fueron detenidos después de ocupar un piso y atacar con gas pimienta los Mossos que les querían echar, mientras que en el barrio de Palau un hombre fue detenido después de amenazar y agredir a un vecino que intentaba evitar una ocupación. El peor de los casos, sin embargo, es el que tuvo lugar en el barrio de Cerdanyola, donde el arresto de un hombre que intentaba ocupar un piso de la calle València provocó varias noches de disturbios con seis detenidos, tres de ellos menores, y 30 contenedores quemados en una semana.