El caso de Mati Muñoz todavía no está cerrado. La mujer de 72 que fue encontrada muerta en Indonesia ya descasa en paz, con sus cenizas derramadas en la playa de Lombok después de una ceremonia con su círculo más íntimo, pero el enigma de su homicidio no está resuelto. Cuando parecía que los autores del crimen ya estaban identificados, la policía de Indonesia ha anunciado a la embajada española en el país que tienen pruebas e indicios que podrían relacionar a dos otros trabajadores del hotel con la muerte de Mati Muñoz.
Mala y Abby, estos son los nombres de las dos personas que, según la comisaría central de Lombok occidental, podrían tener relación directa con los hechos, una noticia que ha sorprendido, ya que el propio cuerpo los interrogó cuando iniciaron la investigación y se les descartó como sospechosos porque no había suficientes indicios. Ahora, sin embargo, los agentes asiáticos han podido recopilar más pruebas, que harán llegar a la fiscalía la próxima semana, que vuelve a poner el foco sobre los dos trabajadores, Mala, la encargada y contable, y Abby, su mano derecha. Una vez se tenga el informe, se decidirá si se abre una investigación hacia las dos personas o si, como pasó la última vez, se descarta por falta de indicios.
Muerta por 150 euros
Aunque después de un interrogatorio inicial se les había dejado en libertad, sí que se les implicó en el juicio, donde se les gritó para explicar cómo podía ser que nadie viera ni oliera el cuerpo en descomposición de Mati durante las seis semanas que estuvo en el hotel, antes de que se enterrara el cuerpo en la playa de Batu Bolong. Estos dos nuevos sospechosos se suman a los otros dos implicados, un trabajador del hotel y otro, que previamente había sido despedido por robo, que confesaron finalmente haber sido los autores materiales del homicidio, acto que cometieron después de que Mati los atrapara robándole unos 150 euros, cifra que equivaldría a unos tres millones de rupias, un sueldo en Indonesia.