Albert Cavallé, popularmente conocido como 'el estafador del amor' ha sido juzgado este mismo jueves de nuevo por, supuestamente, haber obtenido ilícitamente miles de euros de una expareja engañándola, como ya hizo con otras mujeres y ya fue condenado.

Cavallé ha sido juzgado en la Audiencia de Barcelona. La fiscalía pedía inicialmente ocho años y medio de prisión, pero la petición ha sido rebajada hasta los tres años y medio. Esta vez, el estafador se habría quedado con más de 50.000 euros de una mujer durante la primera mitad del 2016, lo habría hecho hiéndete pasar por ella en diferentes ocasiones y engañándola diciendo que él tenía muchos problemas económicos.

Según la versión de la víctima el acusado inició la relación con Albert Cavallé en diciembre del 2015. El estafador la engañó diciéndole que se encontraba en una mala situación económica porque la empresa familiar de su padre estaba embargada y no podía disponer del dinero de las cuentas corrientes porque estaban bloqueados. La fiscalía cree que Cavallé empezó la relación con "la única finalidad de ganarse la suya estima y credibilidad con el fin de obtener el mayor beneficio económico posible a costa de ella". De hecho, engañó a la mujer diciéndole que si no pagaba las deudas iría a la prisión, cosa totalmente falsa.

Los credits pedidos por Albert Cavallé

Durante los primeros meses del 2016 la mujer pidió préstamos y tarjetas de crédito para dar hasta 25.000 euros al acusado, divididos en ocho operaciones que le comportaban tener que devolver más de 30.000 euros con los intereses. También Cavallé se transfirió cerca de 18.000 euros a su cuenta desde las cuentas de la mujer en 30 operaciones diferentes. La falta de ética de Cavallé llegaba a los límites de fingir que era una mujer para pedir préstamos por teléfono.

Además, el acusado utilizó la documentación de la víctima sin su consentimiento para pedir varios préstamos a través de internet utilizando el DNI la mujer. Llegó a solicitar más de 4.300 euros. Esta situación hizo que una entidad financiera llevara a juicio a la víctima de Cavallé, reclamándole 6.700 euros.

Por último, el hombre se apropió de varios bienes que la mujer le había dejado temporalmente. En concreto, vendió por la app Wallapop por 400 euros un móvil con un valor de 720 euros que había comprado la mujer. También se quedó un ordenador portátil de 485 euros y un televisor de 43 pulgadas de 550 euros.

Cavallé se defiende haciéndose la víctima

El 29 de mayo del 2016 el acusado firmó un documento de reconocimiento de deuda por importe de 60.000 euros, comprometiéndose a devolver 3.000 euros en el mes a partir de septiembre, pero no pagó ni un euro. De hecho, en septiembre fue a los Mossos d'Esquadra para denunciar que la mujer había cambiado la cerradura de la puerta de su casa, donde supuestamente convivían.

Albert Cavallé / Sergi Alcázar

Explicó que quedó con la mujer en otro sitio y esta le dijo que tenía que devolverle 60.000 euros. Por la calle, tres amigos de la mujer lo habrían rodeado y obligado a firmar varios documentos, entre los cuales un contrato de compra-venta por el cual ponía el coche a nombre de la denunciante. También relató que lo habían introducido en un coche, le habían sacado la cartera y lo habían amenazado de muerte si lo denunciaba a la policía. Por este hecho fue juzgado por denuncia falsa y condenado a una multa.

El acusado lo niega todo

El acusado ha negado los hechos, ha asegurado que en aquel momento no tenía trabajo pero compartía vivienda con la mujer. Ella pagaba más gastos, ha admitido, pero lo hacía voluntariamente. Ha negado también que se hiciera pasar por ella para conseguir más préstamos. Sobre el reconocimiento de deuda ha dicho que lo hizo forzado por la mujer a pesar de considerar la cifra muy exagerada.

Cavallé también pidió un préstamo a su nombre por valor de más de 32.000 euros, en el cual su padre figuraba como avalista. El vencimiento de la operación bancaria es en mayo del 2023 y tendrá que devolver 44.000 euros con los intereses.

Acusación de estafa continuada

La víctima sufrió ansiedad y un trastorno depresivo persistente, tuvo que medicarse e ir a psicoterapia. Por eso a la fiscalia la acusaba inicialmente de un delito de estafa con abuso de relaciones personales y de apropiación indebida, pidiendo ocho años y medio de prisión, una multa de 2.880 euros, una indemnización para la mujer de casi 54.000 euros y la inhabilitación durante 13 años para ejercer cualquier profesión relacionada con el control de dinero. Sin embargo, finalmente se lo acusa por un delito de estafa continuada, sin agravantes.