El centro de Barcelona ha vuelto a ser este sábado por la noche un punto de descontrol. Como es habitual cada fin de semana, a pesar del toque de queda ordenado para evitar la propagación del coronavirus y las restricciones de encuentros al aire libre, grupos de personas se han encontrado en el paseo del Born para beber y charlar.
El encuentro se ha alargado más allá de las diez de la noche, la hora que marca el confinamiento nocturno, y sin respetar ni distancias ni, en la mayoría de casos, llevar mascarilla.
Según la Guardia Urbana, unas 400 personas estaban por la zona del paseo del Born en torno a las diez de la noche. Con vasos de plástico llenos charlaban, en una imagen insólita, como la que hace tiempo que no se puede ver en ningún sitio del país. Algunos testigos han asegurado a ElCaso.com que la saturación de gente recuerda conciertos de fiesta mayor, donde incluso cuesta avanzar del gentío que hay y que no es el primer fin de semana que pasa.
La Guardia Urbana no evita el botellón hasta las 10 de la noche
Aunque sólo la concentración, estilo botellón, ya no está permitida, la Guardia Urbana de Barcelona no ha disuelto a la multitud hasta pasadas las diez de la noche. Alrededor de las diez y media dos vehículos de la policía de la ciudad han hecho dos pasadas por el paseo y la gente, con parsimonia, ha ido abandonado el lugar sin incidentes.
Lo que no entienden los vecinos es que cada fin de semana estas imágenes de poco respeto con la pandemia se repitan con personas, la mayoría extranjeras, que se saltan las normativas por la prevención de la Covid-19 y que tampoco hacen caso a los horarios del toque de queda y que la Guardia Urbana no haga nada. A las diez y media el paseo ha quedado vacío de personas pero lleno de basura: botellas, vasos y papeles de comida por el suelo.
Botellón en el Parque de la Golondrina
Este jueves la Guardia Urbana de Barcelona desplegó un dispositivo con agentes de paisano y agentes uniformados para evitar un botellón en el Parque del Castillo de la Golondrina de Sarrià.
Cada jueves grupos de universitarios, sin la fiesta habitual de los jueves, buscan en esta zona de la ciudad un espacio para hacer una fiesta ilegal. La presencia policial evitó que se repitiera la fiesta que se había hecho las últimas semanas.