Con una escalera, se descolgaban desde las azoteas para acceder a pisos de Barcelona, en la zona alta, en Sarrià. A partir de estos robos, los agentes de la Unitat d’Investigació de la comisaría del distrito de Sarrià comenzaron a seguir la pista de un grupo de ladrones de nacionalidad albanesa, muy activos y preparados, que actuaban por todo el país. La investigación se cruzó con otra que estaba llevando a cabo la Divisió d'Investigació Criminal (DIC) de Ponent, que también seguía a estos ladrones, quienes comenzaron robando en pisos, pero posteriormente pasaron a asaltar todo tipo de establecimientos. En un robo frustrado, en el cual perdieron herramientas, los ladrones terminaron la noche asaltando una ferretería en Tàrrega para conseguir más. Estas herramientas se encontraron después en un asalto en Cubelles, en el Garraf. Ha habido robos por toda Catalunya, uno de los factores que ha complicado la investigación, además de su modus operandi, diseñado con mucha autoprotección para evitar ser detenidos.
Después de meses de trabajo, este martes, y tal como avanzó ElCaso.com, se pudo culminar lo que se ha bautizado como "caso Everest", que ha permitido detener a seis ladrones, todos de nacionalidad albanesa, que tras ser entregados al juzgado de guardia de Igualada han ingresado en prisión. Durante la operación se realizaron seis entradas y registros en cuatro pisos, en una plantación cercana a la A-2, en Montmaneu, y también, en L’Espelt, en una nave que se utilizaba para secar las plantas.
Investigación cruzada entre Sarrià y la DIC de Ponent
A raíz de las investigaciones llevadas a cabo por la policía catalana de las dos unidades de investigación, en Barcelona y Lleida, se ha podido vincular al grupo con un total de 27 robos con fuerza y con su relación con el narcotráfico, concretamente con el cultivo de marihuana. Se cree que los detenidos actuaban bajo las órdenes de una organización que les encargaba los robos y, a la vez, recogía el dinero para financiar las plantaciones de marihuana, uno de los negocios que, bien escalado, puede dar muchos beneficios.
Durante semanas, los Mossos han estado siguiendo a los ladrones para poder localizarlos a todos y detenerlos, como finalmente se ha conseguido. En las entradas judiciales se han intervenido 27 kilos de marihuana con cogollos ya secos, 220 plantas, un arma corta simulada de gas, ropa y herramientas utilizadas en varios robos, cinco proyectiles de 9 mm Parabellum, 8.200 euros en efectivo y el material empleado para realizar los robos, como herramientas y las escaleras para descolgarse. Asimismo, en los registros, también se han intervenido varios objetos que los investigadores pueden utilizar para vincular a los ladrones detenidos con los casi treinta robos que se les imputan.
Los agentes que iniciaron los seguimientos, en este equipo conjunto entre Sarrià y Ponent, detectaron que los ladrones utilizaban técnicas de autoprotección para evitar ser arrestados o descubiertos durante los robos. Según ha podido saber ElCaso.com, los ladrones salían del piso donde vivían, sobre todo en la zona del Urgell y el Anoia, y se movían por todo el país. Por la noche se activaban y se escondían en el bosque durante horas. Hacían esperas largas y también caminatas largas para ocultarse.
Cuando era el momento, asaltaban el objetivo, escondían el botín y las herramientas por la misma zona boscosa y se ocultaban hasta primera hora de la mañana para tomar los coches y regresar a casa. Incluso se vestían con ropa de trabajo para simular que eran operarios que se desplazaban al trabajo, aprovechando los atascos de primera hora de la mañana para no ser detectados. Días más tarde, regresaban al lugar donde habían escondido el material y las herramientas y las recuperaban, para iniciar de nuevo la rutina. Los Mossos les han seguido la pista durante semanas para localizar dónde vivían. A pesar de que tomaban todas estas medidas de seguridad, los Mossos pudieron seguirles de cerca, grabando imágenes de todos sus movimientos, lo que les ha permitido acreditar toda la organización criminal. Así, han presentado ante el juzgado de guardia de Igualada un informe completo que ha permitido que la fiscalía y el magistrado coincidieran en solicitar, y ordenar, prisión provisional. Los seis hombres albaneses no tienen arraigo en nuestro país y, según los Mossos, la posibilidad de que huyeran y no se presentaran al juicio era alta.
Durante estos seguimientos, que los seis hombres ni percibieron, los Mossos que lideraron la investigación también llegaron hasta plantaciones de marihuana en la zona de l’Anoia. Todo apunta a que el principal objetivo de los ladrones era conseguir joyas y dinero para invertirlos en el desarrollo de cultivos de marihuana, tal como avanzó el martes ElCaso.com.
Los Mossos creen que el grupo criminal desarticulado, que ha ingresado en prisión, ha cometido 27 robos en domicilios, bares, gasolineras, establecimientos comerciales y empresas de Lleida, la Catalunya Central, el Camp de Tarragona y el área metropolitana de Barcelona, si bien no se descarta que, a raíz del análisis de los objetos intervenidos en los registros, se les pueda relacionar con más delitos. Los seis detenidos, aunque están representados en su mayoría por José María Cenera, especialista en defender supuestos delincuentes albaneses, han ingresado en prisión.