Una discusión en un local de ocio nocturno de Palma (Mallorca) acaba en amenazas y a punta de pistola. Esto es lo que sucedió la madrugada de este domingo en una discoteca de la ciudad cuando tres hombres de origen ecuatoriano de 30, 33 y 52 años forcejearon con los porteros para no dejar entrar uno de ellos en el establecimiento. Después de la pelea, uno de los individuos enseñó un arma que llevaba bajo la ropa y aseguró que los dispararía. Finalmente, resultó ser un objeto falso aunque iba con munición.

Una llamada al 091 alertó a los agentes de la Policía Nacional. El aviso era porque un hombre habría sacado un arma de fuego en la puerta del local de ocio nocturno, según ha informado la Jefatura Superior de Baleares en un comunicado. Una vez los policías llegaron al lugar, al personal de seguridad del establecimiento les entregaron el arma y la munición, así como se les informó de que los porteros consiguieron arrebatársela a un individuo el que tenían reducido. Según los trabajadores de la discoteca, se le negó la entrada por "el estado que presentaba", pero volvió al poco tiempo con dos amigos y fue cuando forcejearon y los amenazó con la pistola falsa.

El hombre amenazó con matarlos

Cuando volvieron con ganas de pelea, los tres hombres amenazaron al personal de seguridad diciendo que los matarían y que tenían una pistola. Les enseñaron un cartucho de manera intimidatoria. En aquel preciso instante, forcejearon y uno de los miembros de la discoteca notó que uno de los individuos llevaba alguna cosa en la cintura, que podría ser un arma. Este se separó de la riña, se levantó la camiseta y les mostró la pistola que llevaba, también les dijo que los dispararía. La desenfundó y uno de los porteros se abalanzó sobre él y consiguió reducirlo y sacarle el arma. Todo ello, en medio de un enfrentamiento multitudinario.

Los agentes, al llegar a la discoteca, detuvieron al hombre e identificaron a los dos amigos que participaron en la pelea en las mediaciones del local. También fueron arrestados. Tras registrar los alrededores encontraron el cartucho en el suelo que coincidía con la descripción que había dado a la Policía Nacional el personal de seguridad. Los tres están acusados de un delito de amenazas graves. Los policías confiscaron la pistola, que resultó ser falsa.