Tomás Gimeno, presunto asesino de sus hijas Anna y Olivia, avisó a su actual pareja de que se llevaría a las niñas. En un paquete lleno de billetes, unos cuantos miles de euros, informó a la mujer de que se iba con las niñas fuera del país.

La novia de Tomás Gimeno sabía que se las llevaría

Hace casi un mes, el 21 de mayo, se pudo saber, antes de encontrar el cuerpo sin vida de Olivia en el fondo del mar, que la novia actual de Tomás Gimeno había recibido un paquete suyo para abrirlo la noche de la desaparición.

Tomás fingió la huida para hundirle la vida a Beatriz, que nunca sabría si sus hijas estaban vivas o muertas / Archivo

Fue el 27 de abril cuando Tomás pasó la tarde con las niñas y llevó a cabo un plan premeditado para hundirle la vida a Beatriz, su expareja y madre de las pequeñas. Un caso de la llamada violencia vicaria, una de las caras más crueles del machismo.

Un paquete con miles de euros y una carta de despedida

Según avanza el medio El Confidencial, durante esa última tarde de sus vidas, Gimeno recogió a Olivia de un centro educativo en la localidad de El Rosario. Ahí entregó a la directora, su actual novia, "un estuche lapicero con cinta de embalar, pidiéndolo que no lo abriera y que le llamara a las 23:00 esa misma noche", según el auto del caso.

Sin embargo, la mujer lo abrió antes de tiempo y en su interior encontró un sobre con más de 6.000 euros y una nota en la que se despedía de ella.

Según se ha reconstruido, Tomás mató a las niñas en su casa de Igueste de Candelaria y las llevó en coche hasta el puerto, donde zarpó y las tiró al mar / EFE

Paralelamente, Tomás volvió a la finca de Igueste de Candelaria con las niñas, tras visitar a sus abuelos paternos, donde presuntamente las mató, metió en bolsas de basura y luego en bolsas de deporte, que cargó en el coche y llevó al puerto, donde zarpó dos veces para no ser visto más.

Mata a Anna y Olivia y las tira al mar

Se calcula que fue más tarde de las diez y antes de volver al puerto a por un cargador cuando tiró, amarradas al ancla, las dos bolsas que contenían los cuerpos de Olivia y presuntamente de Anna, de la que aún no hay rastro.

Durante el mes y medio que ha durado la intensa búsqueda en la que aún había esperanza de encontrar a las niñas con vida, también se ha revelado la personalidad de Tomás. Un hombre infiel e irresponsable a quien Beatriz perdonó todo. Hasta que se enteró de su última aventura con la directora de la escuela, a raíz de la cual quiso cortar la relación con él, estando embarazada de Anna.

Violencia vicaria: ocultar los cuerpos para alargar el sufrimiento

Desde entonces, cuenta la jueza instructora en un reciente auto, "Tomás mantuvo de forma constante hacia Beatriz un trato vejatorio y denigrante, dirigiéndole a diario comentarios descalificativos, ofensivos y ultrajantes, en particular enfocados a menospreciarla por haber rehecho su vida con una nueva pareja manifestando de forma reiterada que no toleraba que su nueva pareja compartiera momentos con sus hijas".

Tomás urdió el plan para infligir el máximo dolor a Beatriz / Archivo

Además, asegura que la intención de Tomás era hacer el mayor daño posible a Beatriz, por lo que esconder los cuerpos y todos los preparativos previos tenían el objetivo de fingir una huida real y que la madre nunca supiese qué había sido de las niñas.

No consta que la actual novia de Gimeno transmitiese esa información que sabía -que Tomás secuestraría a Anna y Olivia- a las autoridades ni colaborase en la investigación. En caso de ser así, podría enfrentarse a cargos por encubrimiento de secuestro parental y asesinato.