Los cadáveres de una mujer de 54 años y de su hijo, de 25, han aparecido este viernes por la tarde en una habitación de hotel en Valencia. Según las primeras informaciones, madre e hijo habían llegado al alojamiento el pasado miércoles, y desde entonces que el personal no los había visto. El hallazgo se ha hecho después de que los trabajadores del establecimiento entraran en la 705, preocupados por los clientes, y se encontraron al chico estirado en la cama y a su madre en el suelo, sin dar señales de vida. Después de registrar la estancia, la Policía Científica ha encontrado los restos de un potente veneno que, según apuntan las pruebas, la mujer habría dado al joven, que tenía una discapacidad psíquica, antes de ingerirlo ella misma.
Los cuerpos han sido trasladados al Instituto de Medicina Legal de Valencia, donde durante este sábado se les practicarán las autopsias que permitirán confirmar el envenenamiento como la causa de la muerte. Según los investigadores de la Policía Nacional, madre e hijo habrían muerto el mismo día de su llegada al hotel, el miércoles, ya que la cama estaba sin deshacer y los dos llevaban todavía la ropa de la calle. Los dos eran naturales de Colombia, y todavía no ha trascendido si vivían en Valencia o por qué la mujer escogió este establecimiento de la avenida de Les Corts Valencianes para cometer el crimen.
Le dio el veneno en un yogur
Los agentes de la Policía Nacional han encontrado en la habitación una botella de agua con restos de la sustancia tóxica que la mujer habría utilizado para envenenar a su hijo y a ella misma, así como varios envases de yogur con el mismo polvo blanquecino, según ha adelantado el diario Levante-EMV. Todo indica que la mujer se bebió el veneno disuelto en agua después de dárselo a su hijo mezclado con el yogur para camuflar el sabor.
La investigación se centra en aclarar por qué la mujer decidió matar a su hijo y suicidarse después. Una de las teorías que contemplan es que ella estuviera gravemente enferma, y que tuviera miedo de que nadie se hiciera cargo del chico en caso de que ella muriera, ya que el joven no podía valerse por sí solo.