Un fanático de las serpientes residente en el condado de Charles, Maryland, en Estados Unidos, era encontrado muerto a principios de año en su casa, donde convivía con más de 120 de estos reptiles, entre ellos ejemplares venenosos e incluso ilegales. Ha sido ahora cuando se ha podido determinar que, efectivamente, había fallecido por el envenenamiento de una de sus mascotas, que tenía guardadas en jaulas, hipótesis que parecía obvia. Así pasó todo.
Muere por la mordedura de una de sus 124 serpientes
El hallazgo del cuerpo de David Riston, de 49 años, tuvo lugar el 19 de enero en su casa de Pomfret, en el condado de Charles, Maryland. Fue un vecino de la víctima quien, tras no haberlo visto en un día, se acercó a la ventana de su casa y lo vio tirado en el suelo, por lo que llamó al 911, pensando que se había caído, según informaba la portavoz del condado, Jennifer Harris. Sin embargo, los agentes que se presentaron allí comprobaron que no respondía y descubrieron que había 124 serpientes en la casa, incluida una pitón birmana de más de cuatro metros de largo.
Ante el descubrimiento del centenar de reptiles, entraron en acción los servicios de control de animales, que examinaron la colección de serpientes, sorprendiendo incluso al director del servicio que, con más de 30 años de experiencia, aseguraba que "no se había encontrado con algo así antes". Y es que en la colección había serpientes venenosas que son ilegales en Maryland, señalaba Harris, según News 4, como pitones, serpientes de cascabel, cobras y mambas negras.
Una muerte obvia que se había descartado
Se necesitaron varios expertos para manipular y evacuar las serpientes, separando las venenosas de las que no lo son, ya que las primeras eran trasladadas a Virginia y las segundas a Carolina del Norte para quedar a cargo de cuidadores autorizados. Pese a lo letales que pueden llegar a ser, las serpientes sufren mucho con el frío, por lo que los coches que las transportaron tuvieron que estar encendidos durante media hora para trasladarlas de forma segura.
La portavoz del condado también añadía que las serpientes parecían haber sido bien cuidadas, pese a estar encerradas en jaulas, algo que ella considera "tormentoso". La alarma generalizada ante la posibilidad de que uno de los reptiles se hubiese escapado, la policía aseguró que no presentaban ningún riesgo, ya que, aunque se escapasen, no podrían sobrevivir al frío de enero en Maryland.
Sin embargo, pese a la trascendencia del caso, se certificó la muerte de Riston como accidental, pero se quitó importancia a la hipótesis de que se la hubiese causado uno de sus reptiles, hasta ahora. Tres meses después, las autoridades han confirmado finalmente que murió por el veneno de una serpiente después del dictamen de médico forense jefe, que lo comunicaba este viernes, resolviendo el asombroso caso.