Las redadas en el barrio de Sant Cosme, en El Prat de Llobregat, suelen dar buenos resultados. Este mes de enero, tras un episodio de incidentes con armas de fuego, los Mossos d'Esquadra consiguieron sacar de circulación armas de guerra de una de las zonas más castigadas del área metropolitana de Barcelona, bajo el control de dos familias de etnia gitana, los Vargas y los Castro, que tienen varias investigaciones en curso para dedicarse al tráfico de droga. Esta semana, desde la comisaría de El Prat se ha vuelto a organizar un dispositivo policial para acceder al barrio y registrar zonas donde, según las investigaciones hechas hasta ahora, los integrantes de los clanes esconden las drogas y las armas. Sabiendo que los Mossos podían acceder a las plantaciones que tienen en pisos ocupados de estas 801 Viviendas, como se conoce la zona, han optado por esconder la droga y las armas en zonas comunes, en el alcantarillado o en vehículos.

Y así ha estado. Según ha podido saber ElCaso.com, este miércoles, durante el operativo policial para recuperar el control del barrio, perros de la Unidad Canina de los Mossos marcaron una furgoneta que estaba aparcada en la vía pública. Sabiendo que podía ser el escondrijo de droga y de armas, se trasladó la furgoneta hacia el depósito municipal, de la Policía Local, y se citó el propietario, con el objetivo de poder registrarla. Al día siguiente se presentó el padre del dueño y un abogado, y los agentes abrieron la furgoneta. Bingo. Los perros no fallan. En el interior, tal y como ha podido confirmar este medio, se encontraron diez kilos de marihuana y un arsenal de armas, algunas simuladas pero también reales, y una detonadora.

Armas confiscadas y último incidente en Sant Cosme

Las armas son una carabina de aire comprimido, con una mira telescópica, una pistola detonadora, un arma corta simulada y una pistola real de 7.65 mm, además de diversa cartutxeria, tanto metálica como de 12 mm. Los Mossos han iniciado los trámites para citar al responsable del vehículo, su propietario, con el objetivo de poder detenerlo por la droga y también por la tenencia ilícita de armas, que quedaron confiscadas por la policía y entregadas a la unidad central de balística del cuerpo, para que las analicen por si pueden tener relación con algunos de los incidentes recientes en el barrio, donde se ha hecho uso de armas de fuego.

El último incidente, en la calle de la Anoia, donde unos desconocidos abrieron fuego contra una fachada e hirieron a una mujer al romperse un cristal. La familia del propietario del vehículo, que se presentó en masa ante el depósito municipal, aunque no es directamente del clan Castro, sí que tiene relación, según ha podido saber ElCaso.com.

Recuperadas las armas prohibidas e identificadas 77 personas

Los Mossos celebran haber podido recuperar y sacar de circulación estas armas prohibidas que estaban disponibles en el barrio, y ponen de relieve que este tipo de dispositivos, para marcar terreno y para recuperar poco a poco el barrio, son efectivos. La policía catalana, en colaboración con la Policía Local de El Prat de Llobregat, seguirá haciéndolos. Además de esta narcofurgoneta, los Mossos d'Esquadra registraron catorce vehículos más e identificaron a 77 personas.