El pasado jueves, dos jardineros de marihuana que dormían plácidamente en sus tiendas de campaña montadas junto a la plantación que les habían encargado custodiar, se despertaron de repente con los gritos de los agentes de los Mossos d'Esquadra: habían descubierto su cultivo, escondido en una zona boscosa de Mont-ral, en Tarragona. A los dos hombres, de 21 y 25 años, no les quedó más remedio que admitir que, efectivamente, se habían instalado en esta parte deforestada de la sierra para vigilar las 1.400 plantas que crecían en una explanada de 1.200 metros cuadrados.

Ninguno de los dos opuso resistencia cuando fueron detenidos, acusados de un delito contra la salud pública. Después de prestar declaración, pasaron a disposición del Juzgado de Instrucción en funciones de guardia de Valls.

Malviviendo en tiendas de campaña para cuidar la marihuana

La operación de los Mossos de la comisaría de Valls arrancó la semana pasada después de tener conocimiento de la existencia de una plantación de marihuana en un bosque en Mont-ral. La investigación duró pocos días, ya que rápidamente se pudieron cerciorar de la existencia de este cultivo, ubicado en una zona completamente deforestada para este efecto. Después de llevar a cabo las tareas de vigilancia pertinentes, actuaron el pasado 6 de junio, pillando los dos jardineros en plena siesta.

camping marihuana monte real (1)
Las 1.400 plantas de marihuana en diferentes estadios de crecimiento / Mossos d'Esquadra.

Su camping estaba formado por dos tiendas de campaña, una zona de cocina y de higiene personal y dos hamacas colocadas al lado de la plantación para, aparentemente, poder vigilarla de manera cómoda. No tomaron bastantes medidas de protección, sin embargo, porque los descubrieron sin muchos problemas. Según pudieron comprobar los agentes, al lado del campo de cultivo de maría había una bomba de agua sumergida en una balsa situada más abajo que abastecía la plantación con un sistema de regadío. Además de las plantas en crecimiento, también tenían cogollos ya preparados para la venta, en concreto, 1 kilo escondido en una bolsa entre unos matorrales.