Mònica de la Llana García desapareció el pasado mes de julio en la Morera de Montsant, en el Priorat. Su familia pide colaboración ciudadana para intentar encontrarla, pero ya son muchas semanas sin ninguna noticia y sin ninguna pista sobre el paradero de esta mujer de 45 años. Los Mossos d'Esquadra lo están investigando desde entonces y no descartan ninguna hipótesis sobre la desaparición ni ningún posible sospechoso. Después de tanto tiempo, su hermana cree que alguien lo ha matado.

Su pareja dice que se marchó voluntariamente, pero nada encaja

La última noticia que se tiene de Mònica es una llamada telefónica de tres minutos que hizo poco antes de las ocho de la mañana del 21 de julio. Fue con su pareja, con la que vivía en la Morera de Montsant y con quien mantenía una relación inestable, según el entorno de la desaparecida. Los Mossos d'Esquadra lo interrogaron y él les explicó que lo había acompañado hasta una parada de autobús próxima donde tenía que coger el autocar que iba hasta la estación de autobuses de Reus.

Según la versión de su pareja, ella le había dicho que quería marcharse. No obstante, los investigadores pudieron contactar con el conductor del autocar que aquel día hizo la ruta hasta la capital del Baix Camp y no recordaba que lo cogiera ninguna mujer con las características de Mònica. Además, tampoco se presentó a un encuentro que tenía programada con una amiga para aquella misma tarde.

Ninguna señal de vida desde el 21 de julio

Mònica es madre soltera y trabajaba esporádicamente de camarera. Había crecido en Valls, donde su familia todavía reside. Su entorno familiar asegura que siempre ha sido una persona responsable, aunque a veces tardaba a contestar. Por eso no era extraño para ellos no tener noticias suyas, pero con el paso de los días su madre se empezó a preocupar. En un primer momento, le restaban importancia, pero sus amigas también se sumaron a la preocupación. Nadie sabía nada de Mònica desde hacía demasiados días.

Ya era principios de agosto y hacía más de dos semanas que nadie había podido contactar con ella. Comprobaron que su última conexión en WhastApp había sido el 21 de julio. Además, tampoco se había publicado nada en sus redes sociales, cuando Mònica era muy activa en este aspecto. El 10 de agosto, la preocupación ya era máxima y la familia decidió ir a poner una denuncia por desaparición a los Mossos d'Esquadra.

La policía catalana abrió una investigación por desaparición. Desde entonces, Mònica no ha utilizado su teléfono móvil, no ha utilizado sus tarjetas bancarias y no ha ido a buscar unas medicinas que necesita para un problema de salud. Tampoco dio señales de vida el día del cumpleaños de su hijo ni el día que operaron a su madre. Su hermana ha contactado con SOS Desaparecidos para que hagan difusión de la desaparición. Ella, sin embargo, ha perdido todas las esperanzas después de tantos meses y cree que alguien mató a Mònica y ha escondido su cadáver. Los Mossos siguen investigando y no descartan ninguna hipótesis ni ningún posible sospechoso.