Amancio Ortega es conocido no solo por su imperio textil, Inditex, sino por su amplia colección de inversiones, con las que amasa una fortuna con cifras cada vez mayores a base de compras y ventas, tanto inmobiliarias como en bolsa. Es el caso de su última y curiosa inversión a través de su empresa Pontegadea, que se ha hecho en un sector del que tenemos pocos conocimientos. La operación se ha hecho en alianza con Telefónica, con quien se repartió una gran participación de la empresa Telxius.
La última y curiosa inversión de Amancio Ortega
Telefónica ascendía, por tanto, al 70% del control de la compañía tras desembolsar 215,7 millones de euros, mientras que Ortega pasaba del 10 al 30% de la propiedad del capital social. Pero, ¿qué tiene de atractiva esta infraestructura para que el empresario gallego haya invertido tanto en ella? Bien, se trata de una inversión muy dirigida al futuro, ya que el plato fuerte de Telxius es el cableado submarino que permite una mayor conectividad, que además se valora en el mercado por encima de los 1.500 millones de euros.
La compañía cuenta con una red de cables submarinos de fibra óptica de 94.000 kilómetros de extensión, recoge ABC, además de sistemas de nueva generación que permiten conectar con uno de sus cables la distancia entre Puerto San José, en Guatemala, y Valparaíso, en Chile, equivalente a 7.300 kilómetros. Además, cuenta con puntos adicionales en Ecuador, Perú y la zona chilena de Arica. Entró en funcionamiento el pasado mes de agosto y es la primera estructura que conecta los cuatro países sudamericanos.
El cableado submarino de 1.500 millones de euros
En concreto, a través de su red IP Tier 1, Telxius ofrece conectividad directa a internet para 23 países. Eso permite conectar a Estados Unidos, Latinoamérica y Europa con el resto del mundo, además de ofrecer servicios para centros de datos y seguridad en alianza con Telefónica. Es, por tanto, una gran inversión para Amancio Ortega, que, pese a haber dejado las riendas de la gran empresa de su vida a su hija Marta, sigue demostrando encontrarse en la élite mundial.
De hecho, su última gran inversión inmobiliaria dio también que hablar. A mediados de enero anunciaba el acuerdo cerrado para la adquisición del edificio Royal Bank Plaza de Toronto, en el que tenía su sede el Royal Bank, principal banco canadiense. Tal y como detallaba el medio Bloomberg, el edificio fue vendido por Oxford Properties y el trato se cerró en 1.200 millones de dólares, unos 800 millones de euros al cambio. Hacía unos meses que la propiedad estaba en venta sin gran éxito hasta la llegada de Amancio Ortega.
Fuentes de la familia del empresario confirmaban la adquisición de los dos edificios de oficinas más icónicos de la ciudad canadiense por parte del propietario de Inditex. Y el dato más curioso y llamativo es que el edificio está revestido de oro y por él ha pagado una de las cantidades más altas de su cartera de compras. Pese a que en un principio no se sabía del uso que pretendía darle al inmueble, ahora se ha convertido en una de las oficinas de Amazon, McKinsey y Facebook.