Mila era una mujer de 38 años que, la semana pasada, apareció muerta en extrañas circunstancias en Carballiño (Ourense). Un trabajador la encontró en el interior de un contenedor en un punto de limpieza de este municipio. Según las investigaciones policiales, esta mujer entró por su propio pie en el interior del contenedor mientras estaba sufriendo un brote psicótico.

Cuando la Guardia Civil llegó al lugar de los hechos, pudo comprobar que su cadáver presentaba signos de haber sufrido una muerte violenta y, por este mismo motivo, se abrió una investigación. Aunque en un principio parecía un crimen, según las investigaciones policiales, esta hipótesis está prácticamente descartada.

Casada con el hijo de un hombre investigado por tráfico de seres humanos

La Mila, de 38 años y natural del Brasil, era una mujer que había estado en situación de prostitución y hacía poco que se había casado con el hijo del proxeneta del club Ninfa's, donde trabajaba como camarera. El propietario de este club, había sido investigado por tráfico de seres humanos en Brasil años atrás, aunque él siempre dijo que era inocente.

Horas antes la encontraron caminando por la carretera muy angustiada

Tenía una hija de 17 años que ha quedado huérfano y hay una investigación abierta por averiguar la cual ha pasado. Horas antes del macabro hallazgo, los agentes de la Guardia Civil encontraron a la mujer en pijama y caminante por la carretera. Por la actitud que tenía, muy nerviosa y angustiada, parecía víctima de maltrato, motivo por el cual la acompañaron al médico, donde le dieron el alta.

Horas más tarde, cuando encontraron el cadáver en el contenedor, los agentes pudieron descubrir que se trataba de la mujer que habían acompañado al médico. Según explica el diario La Región, la mujer había pedido ayuda a dos bares, donde había explicado que la querían matar. Aunque en estos locales le habían pedido ayuda, ella la rechazó y se marchó.

Hacía cinco meses que estaba de baja por depresión

Mila Marchetti hacía tiempo que estaba de baja, ya que tenía depresión. "Hacía cinco meses que estaba de baja, ya que estaba deprimida y nerviosa. De hecho, tenía cita con el psicólogo esta semana", explica el proxeneta en La Región.

Piensan que entró el contenedor mientras estaba sufriendo un brote psicótico

A pesar de las extrañas circunstancias del caso, los investigadores cada vez están más seguros de que no se trata de un crimen y piensan que lo más probable es que haya entrado en el interior del contenedor por culpa de un brote psicótico y que, por lo tanto, habría muerto cuando la movían de un contenedor en otro, una hipótesis que no ha convencido a los colectivos feministas, que están convencidas de que se trata de un asesinato, unos hechos que todavía no se han podido corroborar, ya que la investigación se encuentra bajo secreto de sumario.