Los Mossos d'Esquadra explotaron el pasado 3 de julio una importante investigación contra el tráfico de cocaína y venta al por menor de esta droga en la ciudad de Barcelona, tal como avanzó ElCaso.com. Aquella investigación, tal como se ha podido saber hoy, llevaba años en marcha y ha permitido desmantelar una red criminal que se dedicaba a la importación de cocaína desde Colombia en bidones de mermelada de melocotón y que después se ponía a la venta en narcopisos de la Barceloneta, en la capital de Cataluña, y también con "riders", personas que llevaban la droga hasta la casa del cliente, en una modalidad de teledroga a domicilio. Tras la detención de los líderes, las parejas, mujeres, de los arrestados remontaron la organización y la hicieron más fuerte, hasta que ahora ha caído.
Dos investigaciones que llegan al mismo lugar
En la quincena de entradas que se realizaron, sobre todo en Barcelona, se detuvieron unas cuarenta personas, aunque la mayoría quedaron en libertad. Detrás de esta importación y venta de la cocaína en Barcelona había un clan familiar de etnia gitana, tal como pudo saber ElCaso.com al inicio de la explotación, la madrugada del 3 de julio. En el operativo participaron unidades de asalto del cuerpo, como la Brimo y el ARRO, y unos 250 agentes.
La investigación nace en dos puntos diferentes, que se encuentran cuando los investigadores del Área Central de Crimen Organizado de la División de Investigación Criminal (DIC) de los Mossos, un servicio central, que estaba investigando un asalto en una nave de Sabadell, donde los supuestos ladrones abrieron unos bidones, coinciden con los identificados en una investigación que tenía en marcha la DIC de la ciudad de Barcelona, también de los Mossos, por una persecución que agentes de paisano de los Mossos realizaron con un vehículo que intentó escapar arrojando fardos de cocaína por la ventana. Las relaciones entre los dos casos abrieron una nueva investigación que concluyó a principios de julio, con estos detenidos y la interceptación de más de 160.000 euros, seis armas de fuego, varios coches y también la neutralización de seis pisos que servían, sobre todo en la Barceloneta, como puntos de venta de esta droga a turistas.
No era la primera vez que la organización introducía droga desde Colombia con este método de los bidones de mermelada de melocotón (el caso se bautiza como durazno, como se conocen los melocotones en América del Sur). Se detectaron otros tres envíos similares procedentes de Colombia, con los mismos identificados detrás, y para los cuales se habían utilizado diferentes empresas con el objetivo de enmascarar la identidad real de las personas responsables. El análisis de estos envíos permitió descubrir que la importación más antigua databa del año 2019 de un solo bidón, posteriormente en el año 2020 con dos, en 2021 con tres, y finalmente la cuarta descubierta en Sabadell de cuatro bidones. La organización generaba muchos beneficios y estaba preparando un gran envío de droga, de 40 kilos, con el mismo método, pero que finalmente se canceló y quedó intervenido en Colombia, hasta que con la colaboración de Vigilancia Aduanera, se pudo intervenir, en Sabaneta, en Medellín.
Los líderes en prisión, las mujeres asumen el liderazgo
Cuando la droga llegaba a Cataluña, el mismo clan la trasladaba a los diversos puntos de distribución, aunque antes la cortaban, para alargarla y generar más beneficios, en un laboratorio que los Mossos han encontrado en Riells y Viabrea, en la comarca de la Selva. Después terminaba en pisos de la Barceloneta y también en casa directamente de los compradores, mediante una red de riders, casi una decena, que trabajaban para la organización moviendo pequeñas cantidades de droga. Más allá de la investigación internacional, la investigación en Barcelona, con algunos errores de los líderes de la organización, todos familiares entre ellos, pusieron a los Mossos tras la pista de este grupo criminal, que ya tenía antecedentes. En el año 2022 se llevó a cabo una actuación policial donde uno de los jefes de la organización, junto con su pareja -entonces menor de edad-, fue detectado mientras estaba realizando un transporte de cocaína. Diferentes dotaciones policiales uniformadas trataron de detenerlos, protagonizando una huida por las calles de Barcelona y arrojando paquetes de droga por las ventanas del vehículo. Finalmente, fueron detenidos y se intervinieron 47 kilos de cocaína. El hombre detenido, que era uno de los jefes de la organización, se encuentra actualmente en un centro penitenciario.
En el mes de julio de 2023 otro de los jefes de la organización, y el encargado de gestionar y diversificar la actividad delictiva, también fue detenido. Los Mossos lo detuvieron, junto con su pareja también responsable de la organización, cuando transportaba aproximadamente 10 kg de cocaína a uno de los domicilios que tenían en Riells y Viabrea y que utilizaban como escondite. Este domicilio servía para depositar los grandes envíos de droga y desde allí la extraían para aprovisionar los diferentes puntos de venta. También terminó en prisión, donde sigue. Estas dos detenciones, sin embargo, no terminaron con la organización. El clan familiar, ahora liderado más por las mujeres de los hombres que habían sido detenidos, siguieron moviendo, supuestamente, la droga desde los pisos y también con los riders que tenían contratados.
Durante estos meses se han podido localizar todos los pisos que se utilizaban para vender la droga, también donde la escondían, y los líderes de la organización, las mujeres de los antiguos líderes, que ahora están en prisión. Se realizaron una quincena de entradas en Barcelona, sobre todo, y también en Riells y Viabrea, Vacarisses y Salamanca. Se detuvieron 38 personas y se intervinieron diferentes sustancias estupefacientes muy fragmentadas y en disposición de ser suministradas desde los puntos de venta desmantelados, así como otros fragmentos en roca. Se localizaron unos cuatro kilos de cocaína y también marihuana (unos 9 kg en bruto), hachís (3 kg aprox.), ketamina (178,7 g), metanfetamina (128 g), cristal (174 g) y heroína (9 g). Se confiscaron, entre todos los registros, 161.900 euros en efectivo además de un lingote de oro de 20 gramos puros. En uno de los domicilios los Mossos interceptaron también documentación donde se recogían las importaciones de cocaína realizadas por la red desarticulada, según fuentes de la investigación.
Más de un millón de euros blanqueados con la droga
De toda la documentación intervenida durante las diversas fases de la investigación de este caso, el Área Central de Delitos Económicos de la DIC de los Mossos identificó numerosas operaciones patrimoniales realizadas por los investigados, principalmente compras de inmuebles y vehículos a lo largo de los últimos seis años. Se han detenido dos de los líderes del clan familiar como responsables de estas operaciones de blanqueo, que superan los 1,3 millones de euros. La mayoría de operaciones se realizaban con dinero en efectivo y lo utilizaban para pagar la compraventa de bienes muebles e inmuebles. Para poder truncar la actividad criminal de los investigados, y hasta que llegue el día del juicio, los Mossos, de acuerdo con el juzgado de Instrucción número 24 de Barcelona, han bloqueado 36 cuentas bancarias y han prohibido la venta de una veintena de casas y unos dieciséis vehículos.