Un hombre de 55 años ha muerto este miércoles, 20 de septiembre, después de ser apuñalado en las puertas de la agencia inmobiliaria que regentaba en el municipio de Gijón, en Asturias. Los hechos han tenido lugar en la calle Campo Sagrado minutos antes de las dos del mediodía, cuando el asesino ha esperado escondido entre dos coches durante un largo rato hasta que la víctima ha llegado con su coche. Una vez ha aparcado, y sin dejar bajarlo del vehículo, el agresor ha abierto la puerta y le ha clavado varias cuchilladas.

Herido de muerto y sangrando de manera abundante, la víctima ha salido como ha podido para pedir ayudar. Su hija, que trabaja con él y estaba dentro de la agencia inmobiliaria, ha salido corriendo para ayudarlo, mientras el agresor estaba paseando a pocos metros con el cuchillo en la mano. Una sanitaria que había en la zona ha sido la primera persona a intentar auxiliar al propietario de la agencia inmobiliaria, seguido de un agente de la Policía Nacional fuera de servicio que vive en la misma calle y ha oído los gritos.

La hemorragia, sin embargo, era tan abundante que cuando han llegado los servicios de emergencias ya había entrado en parada cardiorrespiratoria. A pesar de los esfuerzos de los sanitarios por reanimarlo durante más de media hora, ya había perdido mucha sangre y solo han podido confirmar su muerte. Los agentes de la Policía Nacional que se han desplazado hasta el lugar han detenido al autor del crimen, de 56 años, que había estado todo el tiempo impasible a pocos metros de la víctima, viendo cómo moría desangrado.

Una deuda económica, posible móvil del crimen

La Policía Nacional ha abierto una investigación para aclarar los hechos y qué motivos hay detrás de este crimen, que todo parece indicar que estaba premeditado. De hecho, según apunta El Comercio, la principal hipótesis es que el móvil del crimen sea una deuda económica. El asesino es un cliente de la agencia inmobiliaria que desde hace tiempo tenía un conflicto económico con la víctima. Se había presentado varias veces en el negocio reclamándole al propietario un dinero que presuntamente le correspondía. Harto de no conseguirlos, habría optado por poner fin a su vida con un cuchillo de grandes dimensiones.