Marina Díez saltó a la fama tras el éxito de su participación en la primera edición del programa Gran Hermano, en el año 2000. Pero desde entonces, su vida no ha hecho más que hundirse: problemas de salud y ruina se han juntado al desahucio sufrido la semana pasada del bar que regentaba en Mallorca.

Nuevo palo a Marina Díez, de 'Gran Hermano'

Pese a la fama que le trajo su aparición televisiva, Díez ha vivido siempre alejada de las cámaras.

Sin embargo, sus dramas la han puesto en el punto de mira más de una vez en los últimos años. El último de ellos ha sido el desahucio del local que gestionaba en Badia Gran, en Llucmajor, Mallorca.

Se trataba de un bar en un complejo para la tercera edad, que tuvo que abandonar la semana pasada, forzada por el Ayuntamiento de la localidad, que lo aprobó en pleno.

Tal y como se lee en la decisión, el 18 de noviembre a las 12 de la noche era la fecha límite para abandonar el local.

Sin embargo, Díez trabajó hasta la tarde del pasado domingo 21 de noviembre para sacar todo lo que le pertenecía y, finalmente, entregó las llaves a las autoridades por su propia voluntad pese al apoyo de varios vecinos, que se concentraron en la puerta del local.

Desahuciada de su propio bar en Mallorca

Pero no se rinde: aunque asegura que ha dejado el asunto en manos de sus abogados, ya que considera que su negocio, al que ha dedicado los últimos años, se ha cerrado de forma injusta.

Y es que Díez denuncia que el convenio de su negocio con los responsables de la residencia para la tercera edad finalizaba el próximo mes de febrero.

Ante esto, la propia Marina daba detalles que explican parte del problema que le ha llevado al lanzamiento: "Detrás de este desahucio hay una serie de desavenencias con algunos integrantes de la directiva".

Añadido a esto ha destapado el proceso: "Para sacarme del local optaron por romper el convenio que tenían con el Ajuntament argumentando que debido a la Covid-19 se necesitaba el espacio para usos educativos".

Denuncia irregularidades en el lanzamiento

Marina Díez ha explicado, además, que la ruptura del convenio entre la junta directiva de la tercera edad de Badia y el Ajuntament no se le comunicó hasta semanas más tarde de su firma. Un punto que presentó como alegación en el expediente de desahucio del Consistorio.

Este no es el primer palo que sufre una de las concursantes que catapultó el programa a un éxito sin precedentes. En 2020 volvió delante de cámaras para celebrar el aniversario de Gran Hermano.

En esa aparición, además de concienciar a la ciudadanía sobre la covid, confesó el duro momento de salud que sufrió en los últimos años, que requirió una operación con cuatro bypasses coronarios en el corazón.

Problemas de salud y crisis económica

Según aseguró ante la audiencia, "desde entonces la vida la veo de otra manera muy diferente: ¡vivir es maravilloso!".

Además, aconsejó a la gente que se tomara con calma el confinamiento, otra de las lecciones que le enseñó su problema cardiaco: "No sirve de nada los nervios ni el estrés... Aprovechad para hacer ejercicio, pintar, leer libros, haced esas cosas que antes no podías hacer, aférrate a eso".

De hecho, su desgracia empezó poco después del ascenso a la fama, que se vio afectada por el divorcio de su marido, con el que estuvo hasta su paso por Telecinco. Se mudó de Madrid a Benidorm, pero la crisis económica la hundió.

Marina Díez en 'Qué tiempo tan feliz' / Mediaset

Marina Díez en 'Qué tiempo tan feliz' / Mediaset

No fue, sin embargo, hasta 2012 cuando confesó su dura situación económica en el programa Qué tiempo tan feliz, donde aseguró que estaba arruinada y que no había encontrado trabajo en cuatro años, además de haber perdido su casa comprada en 2006.