Golpe contra una mafia rusa instalada en Catalunya que, presuntamente, se dedicaba a la importación desde la China de gas frío ilegal. La Guardia Civil, junto con la Europol y la Agencia Tributaria, han intervenido 843 botellas de gas refrigerante de un solo uso, prohibidos de vender a la Unión Europea, que los miembros de la banda importaban sin ningún tipo de control y de manera irregular, tanto por los recipientes como por el transporte y el incumplimiento de cuotas establecido por la Unión Europea.
La operación, bautizada como Fake Gold, ha permitido la detención de cuatro personas, tres hombres y una mujer, por pertenencia a organización criminal, contrabando y delitos contra el medio ambiente, por, presuntamente, desde noviembre del año 2020, importar de manera irregular bombonas de gas refrigerante R134a, altamente inflamables. La banda desarticulada en la zona de Barcelona y Blanes lo hacía mediante empresas de paquetería ordinaria.
Después de estirar el hilo, al detectar una entrada incontrolada de este tipo de gas en nuestra casa, la Guardia Civil pudo llegar a descubrir que era una organización criminal formada por tres ciudadanos de origen ruso y un español, que importaba el gas procedente de la China de manera irregular, tanto por los recipientes y transporte utilizados, como por el incumplimiento del sistema de cuotas establecido en la Unión Europea. El objetivo era comercializar estos gases conseguidos de manera irregular en el Estado español.
Sistema de cuotas para acabar con el gas
Hay que recordar que este tipo de gas no se puede importar sin control. Por eso, y por su nocividad, la Unión Europea ha establecido un mecanismo para la reducción gradual de este tipo de gases a través de un sistema europeo de cuotas, de manera que, para ser importados o fabricados en territorio de la Unión, al importador o fabricante legalmente autorizado le es asignada anualmente por la Comisión Europea una cuota de importación/fabricación a fin de que no se supere el límite cuantitativo general. Un límite que, esta banda, evidentemente, no cumplía.
Cuando los investigadores de la Guardia Civil tuvieron conocimiento de donde se escondía la banda, llevaron a cabo, a final de junio, tres entradas y registros en un chalet, un almacén y un despacho de abogados, donde se encontraron, la gran cantidad de botellas de gas refrigerante. Además, también intervinieron dos coches, una moto y una mota de agua.
Los cuatro detenidos han quedado en libertad. En el momento de los cacheos se detuvieron en tres de los cuatro investigados, que fueron entregados al juez de guardia de Blanes. El cuarto investigado, al saber que estaba en busca y captura, se entregó a la comandancia de la Guardia Civil. También quedó en libertad.