El negocio de la marihuana es rentable. Permite también pagar alquileres en chalets de lujo al Maresme, unos importes que no están al alcance de todo el mundo, pero sí de los narcotraficantes que ganan millonadas con el cultivo y el tráfico internacional de la marihuana. Los Mossos d'Esquadra y la Policía Nacional española han identificado en esta comarca a un clan familiar iraní, con documentación holandesa, que cultivaban marihuana en chalets de lujo en varias urbanizaciones y que para evitar que fueran detectados por la policía pagaban el alquiler. Cometieron un error, sin embargo: la luz la tenían pinchada.
Los detenidos, miembros de esta supuesta organización criminal dedicada al tráfico internacional de marihuana, hacía años que estaban instalados en Catalunya y algunos de los arrestados tenían antecedentes en Holanda, de donde habían escapado. Allí, en los Países Bajos, también se habían especializado en el cultivo de marihuana. Todo aquel aprendizaje lo habían aplicado en las plantaciones del Maresme, que, según los Mossos, tenían una alta sofisticación y automatización, que permitía conseguir todavía más beneficios.
Durante la investigación policial se pudo acreditar que tenían casas de lujo en varias urbanizaciones de la comarca del Maresme. El grupo criminal estaba liderado por varios hermanos y otros familiares directos que conformaban una estructura jerárquica rígida en la cual nunca utilizaban personas ajenas al grupo para mantener su discreción. Solo en casos puntuales, requerían servicios de terceras personas poco cualificadas para tareas de mantenimiento del cultivo, tratamiento de la marihuana, envase y transporte de esta para su posterior venta al mercado negro. Estos 'jardineros', que es como se conoce en el argot policial a los encargados de vigilar la marihuana, no tenían conocimiento de cómo funcionaba el entramado criminal familiar. La investigación también pudo relacionar a la familia con varias empresas dedicadas a la gestión inmobiliaria por la obtención de las casas y alquiler de vehículos que se utilizaban para el cultivo y traslado de la marihuana.
La luz delató el grupo criminal
Los Mossos pudieron acreditar ante el juzgado que ha llevado la investigación un consumo eléctrico exagerado. Según los cálculos de la empresa distribuidora, en los seis chalets que controlaba el grupo criminal se detectaron conexiones fraudulentas que comportaron 1,53 GWh de energía defraudada, que equivale al consumo de una población de 438 viviendas -teniendo en cuenta un consumo anual de 3.500 Kwh/vivienda. El coste de la energía defraudada asciende a una cantidad de 383.469 euros, según los Mossos d'Esquadra.
La investigación de la UI de Mataró, la DIC de Metro Norte de los Mossos d'Esquadra y la Policía Nacional permitió el pasado 13 de marzo asaltar las plantaciones y detener a catorce personas. Se intervinieron 110 kg de cogollos de marihuana aptos para la venta, 7.000 plantas de marihuana en diferentes estados de floración y varios vehículos para transportar la droga. Uno de los líderes de la banda no pudo ser detenido en el momento de las entradas y fue arrestado el Lunes Santo en el Aeropuerto del Prat, en Barcelona, cuando quería salir del país.