Esta madrugada del viernes, la AP-7 se ha convertido en el escenario de un macrodispositivo de los Mossos d'Esquadra, que han establecido controles en tres puntos diferentes de la autovía, entre los municipios de Vandellòs y de L'Hospitalet de l'Infant, en la comarca del Baix Camp. Estos controles simultáneos tenían como objetivo prevenir el tráfico de drogas con otros países de Europa, ya que la AP-7 constituye una de las principales vías de acceso al resto del continente a través de Francia, así como identificar los vehículos de personas con posibles antecedentes policiales para evitar futuros robos en las áreas de servicio del Camp de Tarragona. El balance final de la operación ha sido de 31 conductores denunciados por exceso de velocidad, por conducir bajo los efectos de las drogas y del alcohol, por circular sin carné y por tenencia de sustancias estupefacientes.

Los controles se han llevado a cabo entre la una y cuarto y las cinco de esta madrugada, en tres puntos estratégicos de la autovía, con la intervención de 32 agentes de los Mossos d'Esquadra, entre efectivos de la Unidad de Seguridad Ciudadana, del Área de Recursos Operativos (ARRO) y de la unidad canina. En total se han llevado a cabo 106 controles de alcoholemia, de velocidad y de transporte de mercancías en numerosos vehículos que circulaban por la AP-7 en la demarcación del Camp de Tarragona y, aparte de los denunciados, otras 37 personas han quedado identificadas por varias infracciones más leves.

Prevención de robos y de tráfico de drogas

El objetivo de este macrocontrol de tráfico ha sido impedir la entrada y salida de sustancias estupefacientes de Catalunya, ya que la AP-7 es la vía más habitual para transportar droga por carretera y para traficar con otros países de Europa. Por otra parte, ante el aumento de robos en la zona, el subinspector de la región policial del Camp de Tarragona, Xavier Ferreres, ha señalado que se pretendía llevar a cabo identificaciones de personas que pudieran tener antecedentes por delitos de este tipo, para intentar prevenir futuros robos, sobre todo en las áreas de servicio de la zona. Finalmente, también se ha parado a camioneros para registrar las mercancías que transportaban, así como para asegurarse de que cumplían con las normativas establecidas y con los descansos obligatorios cada cuatro horas.

Esta operación, sin embargo, no será la única, aunque desde la policía catalana lo han calificado de "especial". Tienen previsto montar otro de características similares "pronto", en este caso en otro punto del territorio, en la AP-2. El subinspector Ferreres ha explicado que realizar este tipo de controles a gran escala se ha vuelto una necesidad ante la dificultad de llevar a cabo operativos de tráfico por la desarticulación de los peajes. "Ahora mismo, como no disponemos de los peajes, la velocidad nos condiciona mucho los servicios y tenemos que aprovechar los horarios con poca circulación", ha remarcado.