Verano, calor, turistas y las playas de Barcelona llenas de gente desde primera hora de la mañana hasta última de la tarde. Este es el caldo de cultivo ideal para los ladrones, que ven la oportunidad perfecta para cometer sus fechorías. Llegada esta época del año, son muchos los delincuentes que se dedican a pasear por la arena buscando su ocasión para actuar. Gente que se va al agua y deja sus pertenencias en la toalla, alguien que está jugando a la arena sin preocuparse o una persona que se ha quedado dormida mientras tomaba el sol. Cualquier momento es bueno para encontrarse a una nueva víctima.

Los cuerpos policiales, sin embargo, saben que las playas a rebosar de gente son propicias para los robos y, por eso, montan un dispositivo especial durante estas semanas del año con patrullajes constantes para prevenir los hurtos. De hecho, la Guardia Urbana de Barcelona tiene una Sección de Playas dedicada en gran parte a esta actividad y que este pasado miércoles consiguió detener a uno de estos ladrones y recuperar una mochila que acababa de robar hacía muy poco rato a unos bañistas en la playa de Sant Miquel.

El rastro de unos auriculares lleva hasta el escondite del ladrón

Los propietarios de la mochila sustraída denunciaron inmediatamente el robo, pero contaban con un factor importante para poder recuperarla rápidamente. Dentro de la bolsa había unos AirPods con el sistema de geolocalización activado que indicaba que se encontraban en unos lavabos públicos. Los agentes de la Guardia Urbana se desplazaron hacia allí y encontraron la bolsa escondida dentro de una papelera, donde el ladrón la había dejado momentáneamente para poder seguir robando otras mochilas. Finalmente, el delincuente, de quien no se ha facilitado edad ni nacionalidad o antecedentes, pudo ser detenido y la bolsa, donde había objetos personales por un valor de 1.500 euros, fue devuelta a sus legítimos propietarios.