Muchas veces, al no poder entrar con el perro en el supermercado, los propietarios lo dejan atado a la puerta mientras hacen la compra. Aunque son unos pocos minutos y no tiene que pasar nada, los dueños siempre tienen el miedo a que cuando salgan del establecimiento el animal haya desaparecido, sea porque ha escapado o porque alguien se lo ha llevado. En Salt (Girona), el pasado lunes, estos temores de una mujer se hicieron realidad. Fue hacia las siete menos cuarto de la tarde, cuando la mujer dejó su Yorkshire atado a las puertas del supermercado para entrar un momento, pero al salir se encontró con que ya no estaba. Asustada y nerviosa, contactó con la Policía Local de Salt para informarlos de los hechos.

Un hombre se había llevado el perro

Los agentes atendieron a la mujer, la tranquilizaron y empezaron a investigar dónde podía estar el perro. Comprobaron las varias cámaras de seguridad que había en la zona y, gracias a ellas, tal como apunta el Diari de Girona, pudieron descubrir que un hombre había desatado el animal y se lo había llevado, escapando entre la gente por varias calles de Salt. Así pues, al comprobar que el perro no había escapado y que se trataba de un robo, abrieron una investigación para intentar averiguar quién era el individuo que lo había secuestrado. La identificación, sin embargo, no tardó mucho en tener éxito, ya que se trataba de un hombre a quien ya habían detenido en la población hacía pocos días.

Sabiendo quién era el ladrón del perro, aquella misma noche lo empezaron a buscar y lo localizaron en las Huertas de Salt. Allí, con él, dentro de uno barraca, estaba el perro que había robado de las puertas del supermercado. El animal estaba sano y salvo y pudo ser devuelto a su legítima propietaria. Por su parte, los policías municipales detuvieron al hombre acusado de un delito de hurto. No se ha podido aclarar qué motivación tenía para llevarse la mascota, si era para quedárselo él, si lo quería hacer criar o si lo quería vender, ya que por un animal de raza de este tipo se pueden llegar a pagar hasta 1.000 euros.