Los Mossos d'Esquadra detuvieron el pasado 25 de agosto a un joven acusado de haber cometido un robo en una tienda del distrito de L'Eixample de Barcelona. Según ha informado la policía catalana, el chico, de 25 años, amenazó al vendedor con un cuchillo, y lo obligó a vaciar la caja registradora, llevándose un total de 700 euros en metálico, así como una botella de alcohol antes de huir. Desgraciadamente para él, sin embargo, se dejó el teléfono móvil con las prisas, y volvió para buscarlo, momento que los agentes aprovecharon para detenerlo.
Se olvida el móvil y llama para recuperarlo
El robo tuvo lugar alrededor de la una y media del mediodía del pasado viernes. Después de que el ladrón huyera con el botín, el dependiente llamó a la policía alertando de los hechos. Una patrulla se desplazó rápidamente hasta la tienda para tomarle declaración a la víctima, y se dieron cuenta de que había un móvil que no pertenecía al vendedor. Los mossos lo cogieron para llevárselo como prueba, asumiendo que se trataba del teléfono del ladrón, y esta decisión les permitió detener al presunto autor de los hechos.
Pocos minutos después, el joven, dándose cuenta de que había perdido el móvil, decidió llamar para ver si alguien contestaba y lo podía recuperar. En aquel momento, uno de los agentes contestó y, haciéndose pasar por un ciudadano que había encontrado el teléfono en el suelo, quedó con el chico para dárselo. El joven se presentó en el sitio acordado, sin sospechar nada, y llevando todavía todo el dinero robado, así como la botella que se había llevado y el cuchillo que había utilizado para amenazar al tendero, y le detuvieron acusado de robo. El chico, que no tenía antecedentes policiales al momento de su detención, pasó a disposición judicial.