La madrugada del pasado martes 6 de junio los Mossos d'Esquadra detenían en Torrefarrera a Simona Monica Iftimovici, una mujer rumana de 38 años acusada de haber matado a su hija, de solo 12, durante la Semana Santa en Bucarest, capital de Rumania. El arresto tuvo lugar en torno a la una de la madrugada, y Simona Monica salía en libertad el mismo martes por la tarde, después de haber declarado en videoconferencia en la comisaría de los Mossos en Lleida. La arrestada por este macabro crimen está citada para declarar en su país durante la próxima semana, mientras la policía rumana sigue buscando su actual pareja y sospechoso de ser el autor material del asesinato, un hombre identificado como Marcel, que a estas alturas continúa en paradero desconocido.
El cadáver de la adolescente apareció la semana pasada, escondido bajo el sofá del piso de alquiler donde su madre vivía con Marcel, en el barrio de Berceni de Bucarest. Fue la expareja de Simona Monica, y padre biológico de la niña, Anamaria, quien denunció su desaparición en abril, y también alertó a la policía rumana de que había dejado de recibir noticias también de la madre. Fue él quien confirmó que Simona Monica había empezado una nueva relación sentimental con un hombre unos años más mayor que ella, quien también se esfumó durante el mismo tiempo que Simona Monica y Anamaria.
Marcel, presunto autor material del crimen
La autopsia que realizaron al cuerpo de la niña, encontrado en un avanzado estado de descomposición, reveló que había muerto ahogada, hecho que hace pensar a los investigadores que el autor material podría ser Marcel, y no la madre, como apuntaban las primeras informaciones. Los Mossos d'Esquadra no tienen una orden de detención contra el sospechoso; aun así, han habilitado patrullas por la zona de Torrefarrera y de Alpicat, el municipio donde viven unos ciudadanos rumanos que fueron quienes alertaron a la policía catalana del paradero de Simona Monica después de reconocerla por la calle.