Más de 150 disparos, una mujer herida y un nuevo dispositivo de los Mossos para intentar calmar la Mina, pero la ley de la selva se ha impuesto y ha llegado antes que la justicia y la investigación de la policía. Los Mossos d'Esquadra aún no han podido detener a ninguno de los autores de ese tiroteo, en el que se utilizaron tres pistolas y un arma larga, tal como adelantó ElCaso.com. Pero los mismos clanes ya han pactado entre ellos que, para evitar que se repitan los hechos, de momento, echarán del barrio a dos personas. La ley que impera en el barrio, esta que gusta a los clanes de etnia gitana, ha funcionado mejor, por ahora, que la ley que marca el Código Penal, parece. Lo ha adelantado El Periódico, que asegura que las familias implicadas han llegado a un acuerdo de paz, con la condición de que un miembro de cada familia abandone la Mina durante medio año. El pacto entre las dos familias se cerró tras una explosión de violencia repentina que algunos atribuyen a ciertos miembros que ya no viven en el barrio, pero todo ello relacionado con la necesidad de controlar la Mina y controlar el negocio de la marihuana.

Tras días de tensión, y como es habitual después de un incidente así, que la gente se cierra en casa, a esperar a ver cómo avanza, poco a poco, la normalidad volvió al barrio. Una normalidad, que, evidentemente, está marcada por este trasfondo violento y la preocupación, sobre todo de los vecinos de buena fe y de los Mossos, que en la zona hay armas y que por cualquier tontería se puede desencadenar un nuevo tiroteo, con la suerte de que solo haya una persona herida leve. No es la primera vez que las mismas familias pactan un alto el fuego antes de la actuación de la policía, desterrando a algunos de los implicados en los enfrentamientos.

La investigación policial sigue

Fuentes de la policía catalana, a pesar de ello, confirman a ElCaso.com que mantienen abierta la investigación. Las órdenes políticas son claras: no puede haber impunidad. En ningún barrio de Cataluña nadie puede disparar 150 disparos y que no pase nada. La investigación se hace de manera coordinada entre los especialistas de unidades centrales de la DIC, pero también con la experiencia y conocimiento de la zona de la Mina de los investigadores de la comisaría de San Adrià y de Badalona, que son los que tienen controlada la zona.

Ya saben quiénes fueron los que abrieron fuego (y más después de saber quién ha sido expulsado del barrio), pero hay que hacer una investigación a fondo para poder obtener toda la carga de fuerza posible, y al mismo tiempo, no solo acreditar su participación en el tiroteo, sino también en negocios de drogas, la organización criminal que hay detrás y también la posible relación con el tráfico de armas, para lograr penas de privación de libertad y que ingresen en prisión. De momento, sin embargo, la policía confirma que no se han realizado detenciones. Y la ley de la selva ha hecho más camino, pero es un cierre en falso. Sin pagar por los hechos.