Karlos Arguiñano, ese cocinero que podría ser de nuestra familia por las horas que nos ha acompañado desde detrás de la pantalla. Un chef que empezó su sueño con menos de 20 años y se endeudó hasta las cejas hasta convertirse en el rey de la cocina televisiva del país.
A sus 73 años ha amasado una fortuna millonaria y ha construido un imperio empresarial que le ha convertido en una especie de Rey Midas, que convierte en oro todo lo que toca.
Karlos Arguiñano, el Rey Midas de la cocina
Empezando por su faceta más conocida, con libros de recetas: según la consultora editorial GfK, Arguiñano fue el número uno de no ficción de las pasadas navidades. Un mes antes, en noviembre de 2020, publicaba La buena cocina: 900 recetas que siempre salen bien, que acumula cientos de miles de ventas, aumentando su total de más de cinco millones de ejemplares vendidos a lo largo de su carrera.
Y, por si fuera poco, su editorial, Planeta, ha tenido que editar de nuevo varias obras de hace años por la alta demanda. Desde 2014, cuando empezó su trabajo con la compañía, Karlos Arguiñano ha publicado un libro por año, o incluso más.
Y la pandemia, que obligó a cerrar su restaurante en Zarautz, Guipúzcoa, no le arruinó como a muchos otros chefs.
Ni mucho menos: cerró uno de sus mejores años con Planeta en la categoría de no ficción. De hecho, el cocinero ha conseguido hacer crecer la categoría de Gastronomía y Cocina un 8% por encima del resto de temáticas de no ficción, según la misma consultora.
Libros, televisión y empresas millonarias
Todo su éxito productivo se inicia y orquesta en su empresa Bainet, que se encarga de renovar las fórmulas y recetas para garantizar que se sigan imprimiendo y emitiendo como los últimos 33 años.
Desde el confinamiento, además, el chef ha conseguido sus mejores cifras en la televisión: más de un millón de espectadores de media diarios, siendo en una franja de mañana y tratándose de un programa de cocina de a diario con él como único protagonista.
Su historia como cocinero empezó en la Escuela de Hostelería del Hotel Euromar, en Zarautz, donde empezó a estudiar con 17 años.
Años después, en 1978 y con dos hijos, se lanzó junto a su mujer, "Luisi", a la aventura, montando el restaurante-hotel en el palacio de Aiala de Zarautz, una localización privilegiada en el paseo marítimo del municipio, que le endeudó gravemente.
Joan Manuel Serrat y su golpe de suerte
Pero un golpe de suerte en 1991 llegó de la mano de Joan Manuel Serrat en Donosti. El cantante fue con sus amigos al restaurante de Arguiñano, entablando conversación con su grupo de amigos y convirtiendo la velada en toda una fiesta de chistes entre vinos.
Entre los amigos del artista se encontraba un productor de televisión que le llamó a los quince días para montar un programa de cocina que sustituiría a Elena Santoja en TVE.
Este giro se convirtió en el principio de su imperio, acabando con las deudas. Fue entonces cuando fundó Bainet, su productora y editora, que además produjo programas como Bricomanía.
Ese mismo 1991 también publicó su primer libro y fundó Karlos Arguiñano Promociones, S.L., que tiene 15 marcas registradas y que actualmente gestiona el hotel-restaurante de Zarautz.
Cocinero y empresario
Es esta sociedad la que factura entre tres y cinco millones de euros al año, dando unos beneficios de más de 200.000 euros en 2019.
El coronavirus también lo esquivó gracias a su sociedad inmobiliaria Irusta Gain S.L, fundada en 1997 y que ganó más de dos millones en 2019, con unos beneficios de casi 250.000 euros.
En la actualidad, Arguiñano tiene un total de 250 empleados, según confesó en una entrevista en La Vanguardia.