Fin de semana movido en las carreteras catalanas. Han muerto cuatro personas en accidentes -tres en vías no urbanas y uno en Barcelona- y la tragedia habría podido ser peor: el sábado por la noche los Mossos interceptaron a un hombre que iba contra dirección por la autopista AP-2 por Lleida.

Por allí a las ocho y media de la noche los agentes de los Mossos recibieron el aviso que un conductor había entrado en dirección contraria en esta vía rápida.

Pillado en Torres de Segre

Los Mossos d'Esquadra montaron un dispositivo policial que permitió localizar y parar al kamikaze a la altura del punto kilométrico 135, dentro del término de Torres de Segre, en la comarca del Segrià (Lleida). Los agentes comprobaron que había circulado 25 kilómetros en dirección contraria por la autopista con un riesgo evidente para la integridad física del resto de los usuarios de esta vía y de él mismo.

Cuando los agentes lo pudieron parar comprobaron que presentaba síntomas evidentes de encontrarse bajo la influencia de bebidas alcohólicas. Al hacerle la prueba de alcoholemia dio un resultado positivo de 0'74 mg/l. Por suerte, no se tienen que lamentar heridos.

Cazado y denunciado por conducción temeraria y bebido

Finalmente los agentes de Tráfico de la demarcación de Lleida de los Mossos d'Esquadra lo enunciaron penalmente por dos delitos contra la seguridad vial: por conducir bajo los efectos del alcohol y de manera temeraria.

El hombre, de 50 años, de nacionalidad española y vecino de Almeria, quedó denunciado y tendrá que comparecer ante el Juzgado de Instrucción en funciones de guardia de Lleida cuando sea requerido.

El caso del copiloto cadáver en la AP-7 en Girona

Hace pocas semanas los Mossos d'Esquadra detectaron un coche, también en dirección contraria, por la AP-7, en la zona de Girona. Un coche con matrícula extranjera se saltó un control de la policía francesa, giró y siguió, en sentido Barcelona, en dirección contraria.

Después de salir de la autopista, se accidentó en Jafre, donde fue detenido. Los agentes de Tráfico encontraron un cadáver en el asiento del copiloto. Era su pareja, un hombre de 80 años que murió por una enfermedad terminal. La historia finalmente fue un viaje fatal de amor, tal como pudo saber ElCaso.com. En el caso de Lleida, parece que la historia es más prosaica.