Los propietarios de la casa del bloque 6 de los apartamentos Codina, en el municipio de Calella (Maresme), ganan la partida contra la okupación. La jueza del caso, María Gallén Martínez, les ha dado la razón y ha ordenado el desalojo inmediato de la vivienda. Hoy mismo, los Mossos d'Esquadra procederán a desahuciar a los jóvenes ocupas que viven en el piso de forma irregular después de pagar 1.500 euros por obtener las llaves.

Acusados de un delito de usurpación

Aparte de desalojar la vivienda, la jueza también ha condenado a tres de los cuatro acusados —A. B. A., Y. J. y H. B.— a pagar una sanción mínima de 90 euros por un delito leve de usurpación, ya que se considera que los denunciados sufren una situación de vulnerabilidad y precariedad. Con respecto al cuarto detenido, Z. C., la jueza lo declara no culpable del delito. Así pues, el desahucio da pie a que el inmueble vuelva a disposición del propietario para que pueda tomar las medidas oportunas para custodiar las instalaciones e impedir okupaciones no consentidas.

La jueza se ha mostrado muy firme contra la okupación. De hecho, en la sentencia se deja bien claro que "no es un derecho" y que "no se puede tolerar y dejar en impunidad que se dificulte el acceso a una vivienda o establecimiento por parte de las familias propietarias".

Los propietarios, detenidos por entrar en su domicilio

Los propietarios de la vivienda, de nacionalidad francesa, quisieron resolver la situación por su cuenta. Uno de ellos, un abuelo de 84 años, hacía mucho tiempo que no iba a su piso de Calella, ya que tenía problemas de salud. No obstante, quería volver a Catalunya para reformarlo y poder pasar allí las vacaciones. Pero, cuando se enteró de que habían vuelto a ocupar el piso por tercera vez, decidió que sería él mismo quien los echara. Y así fue. Decidió entrar por la fuerza.

Con una pata de cabra, accedieron dentro del domicilio y agredieron a los okupas. Estos llamaron a la policía, que se presentó en los apartamentos y detuvieron los propietarios acusados de delitos de entrada a domicilio ajeno y coacciones.

Los ocupas se negaron a marcharse

Durante el juicio, los cuatro ocupas aseguraron que no querían marcharse del piso porque "no tenían donde ir". También explicaron que no sabían que el piso era de un particular y que consiguieron entrar gracias a una tercera persona, que les dijo que era propiedad de un banco y les facilitó las claves. Sin embargo, las víctimas de la ocupación afirmaron que los jóvenes sabían desde hacía más de una semana que el piso no era de ninguna entidad bancaria.

En cuestión de horas, los propietarios recuperarán su vivienda. Con respecto a la causa por la acusación de un delito de lesiones y de entrada a domicilio ajeno y coacciones, continúa en fase preliminar de instrucción.